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Aunque parezca contradictorio, reírse en situaciones serias o incómodas no siempre significa falta de respeto o insensibilidad. A menudo, es una respuesta involuntaria del cerebro para manejar emociones intensas como el miedo, la tristeza o el estrés.
Es por eso que, reírse en situaciones inapropiadas, como en un funeral, durante una discusión seria o en medio de una tragedia, es más común de lo que parece, y tiene explicaciones tanto psicológicas como neurológicas.
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Según la psicóloga Andrea Trujillo, la risa en momentos inapropiados puede suceder por “Una reacción involuntaria del cerebro ante situaciones de tensión o incomodidad”.
Otro elemento clave es lo que la psicóloga llama “prohibición implícita”. Esto significa que, cuando las personas son conscientes de que no está permitido reír en cierta situación, la risa se vuelve aún más difícil de contener. Esto ocurre porque, al tratar de no hacerlo, la mente se enfoca tanto en evitarlo que termina dándole más peso, lo que paradójicamente aumenta las ganas de reír.
Estas risas “inapropiadas”, muchas veces suceden en diferentes contextos de la vida diaria como cuando comunican que un ser querido falleció, en una entrevista de trabajo, cuando se debe dar una mala noticia a alguien o si sé está dando una conferencia.
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