En liberación de Lyan José Hortúa no hubo entrega de dinero, defensora del Pueblo da detalles
El pequeño de 11 años estuvo secuestrado por cerca de 20 días en el Valle del Cauca. La defensora del Pueblo el entregó a Blu Radio los detalles de su liberación.
Iris Marín, defensora del Pueblo, dio detalles sobre la liberación del niño Lyan en Valle del Cauca.
La defensora del Pueblo, Iris Marín, confirmó en entrevista con Mañanas Blu que la entrega del menor no implicó pago alguno, y detalló cómo se produjo la recuperación del niño en una remota zona montañosa de Jamundí.
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“Este no es un hecho para celebrar, porque nunca debió haber ocurrido”, afirmó Marín al relatar que fueron hombres armados del frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc quienes, directamente, entregaron a Lyan a funcionarios de la Defensoría y a una prima del menor.
reencuentro de Lyan Hortúa con su familia
Foto: captura de video
Marín evitó calificar el secuestro como extorsivo, alegando que es la Fuerza Pública quienes deben indagar. “Nosotros no tenemos, no directamente, nuestra gente de la Defensoría del Pueblo información directa que le permita a nuestra institución decir que eso fue así ni tampoco pues que participamos en ningún tipo de mediación en ese sentido ni que nos consta que se haya pagado dinero".
La entrega se realizó alrededor de las 5 de la tarde del 21 de mayo. Según explicó Marín, el o con el grupo armado no fue directo, sino mediado por campesinos de la zona. La Iglesia Católica y Naciones Unidas también ofrecieron su apoyo humanitario durante el proceso. El lugar exacto fue una zona rural de montaña a aproximadamente 45 minutos del casco urbano de Jamundí.
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“La liberación fue bastante rápida. Muchas veces cuando tenemos estos operativos, ustedes saben, nosotros participamos en liberaciones en muchas partes del país, estos grupos pues digamos por decirlo coloquialmente se echan su discurso cuando hacen la entrega y explican la situación”, relató Marín, indicando que el grupo armado solo buscaba concluir el proceso sin mayores confrontaciones.
Sin embargo, los detalles posteriores a la liberación dejan al descubierto el horror del cautiverio. Según relató la madre del niño, Lyan pasó días amarrado, mordió sus uñas y fue vigilado por perros. Presenta un grado leve de desnutrición y padece de asma, aunque recibió su medicación en algún momento del secuestro, con intervención de terceros que no incluyeron a la Defensoría.
Pese a estas condiciones, la defensora asegura que, físicamente, Lyan se encuentra estable. En su mensaje final, la defensora hizo un llamado firme a los grupos armados ilegales: “La guerra sí tiene límites. El derecho internacional humanitario, pero aquí hay una unión en torno a la libertad de los niños y las niñas y el y que se respeten sus derechos y yo me quedaría con eso".