En El Radar, Gerardo Mendoza, personero de Cali se ferió al secuestro del niño Lyan JoséHortúa y el trágico homicidio que siguió a su liberación. Mendoza resaltó la importancia de la protección de los derechos humanos y la actuación institucional en momentos de crisis.
La liberación de Lyan, que se había convertido en un símbolo de esperanza para muchos, se vio empañada por un trágico homicidio que ocurrió poco después de su rescate.
Mendoza condenó la tragedia señalando que: "Cali no puede ser convertida en un corredor de sangre. Alzo mi voz para que el territorio se blinde y garantice una convivencia normal". La labor del Ministerio Público se enmarca en la defensa de los derechos humanos y la protección de los menores.
El personero compartió que su involucramiento comenzó al ar a la madre de Lyan, Angie Bonilla. "Realizamos actividades llenas de humanidad, marchas y velatones, todo encaminado a exigir la liberación del niño sin condiciones", relató el personero. Sin embargo, se mostró sorprendido al conocer que hubo un pago por el rescate, lo que contradice los principios del organismo que representa. "No se puede cambiar un delito por otro", indicó.
La noticia del homicidio de Antonio Cuadros, familiar del padrastro de Lyan, llegó justo al día siguiente de la liberación. Mendoza se enteró de la situación a través de la familia de Cuadros y se mostró solidario al brindar consuelo a la madre en medio del caos. Subraya que, aunque había rumores sobre negociaciones, él como personero estuvo al margen y siempre exigió resultados legales y transparentes en la liberación del niño.
Desenlaces y amenazas
Además, el personero manifestó haber recibido amenazas tras su labor humanitaria relacionada con la liberación de Lyan. La seguridad de su persona ha sido reforzada tras percepciones de riesgo, lo que resalta aún más el contexto de violencia que rodea estos eventos. A pesar de la incertidumbre y el peligro, mantiene su compromiso hacia la protección de los derechos de los niños y la población en general.
Este caso ha dejado una marca en la comunidad y subraya la realidad dolorosa de la violencia en Cali. Gerardo Mendoza continúa su labor, priorizando la integridad y el bienestar del menor, y llama a la unión de toda Colombia en la defensa de la vida y la justicia.
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