
ANIF cuestiona adhesión a Ruta de la Seda: “China no es transparente en líneas de crédito”
Analistas advierten sobre los riesgos financieros y estratégicos del acercamiento de Colombia a la iniciativa china.

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En medio del paulatino fortalecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales entre Colombia y China, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) hizo pública su preocupación respecto a la posibilidad de que el país se adhiera formalmente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, también conocida como Ruta de la Seda.
José Ignacio López, presidente de la entidad, en entrevista con Mañanas Blu, expresó reparos contundentes sobre las implicaciones de este acercamiento, especialmente en términos de deuda y transparencia financiera.
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“La preocupación no es que haya un acercamiento comercial con China, sino a través de qué vehículos se hace. No está tan claro que la Ruta de la Seda sea el instrumento adecuado para Colombia”, aseguró López.
Uno de los aspectos más críticos señalados por el presidente de ANIF fue la opacidad de los acuerdos financieros promovidos por China en el marco de la Ruta de la Seda. Según López, una de las principales alertas internacionales es la dificultad para conocer los términos y condiciones reales de las líneas de crédito otorgadas por el país asiático.
“Hay una falta de transparencia en las líneas de crédito que emite China. A los economistas les ha costado entender el verdadero alcance de esas deudas, muchas veces disfrazadas como líneas de swap”, explicó.
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Estas condiciones opacas suelen estar acompañadas de cláusulas que obligan a los países receptores a ejecutar los proyectos con empresas chinas, lo que limita la competencia, la supervisión y el impacto económico local de las inversiones. “Lo que hemos visto es que muchos países han tomado deuda con condiciones bastante adversas, condicionadas a que los proyectos sean construidos y usufructuados por firmas chinas”, añadió.
El concepto de “trampa del endeudamiento”, acuñado por diversos economistas internacionales, fue uno de los ejes de la intervención de López. Según este enfoque, algunos países que han ingresado a la Ruta de la Seda terminan comprometiendo su soberanía financiera debido a un endeudamiento excesivo con condiciones poco favorables.
En el caso colombiano, el contexto fiscal no es alentador. “La situación fiscal de Colombia es preocupante, el nivel de deuda pública ha venido aumentando considerablemente. Preocuparía que ahora se agregara endeudamiento opaco, que nos lleve a niveles excesivos de deuda”, advirtió López.
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Pese a que algunos países latinoamericanos como Argentina, Chile y Perú han recibido inversiones para infraestructura bajo esta iniciativa, ANIF señala que el impacto comercial ha sido asimétrico. Si bien hay beneficios en términos de conectividad, la balanza comercial tiende a favorecer a China.
“No se ha observado un auge exportador hacia China. Al contrario, ha habido un aumento de importaciones. Ningún país latinoamericano ha logrado una balanza comercial neutral o superavitaria tras ingresar a la Ruta de la Seda”, comentó López.
Además, recordó que solo el 2 % de las inversiones globales de esta iniciativa han sido destinadas a América Latina, lo cual reafirma la marginalidad de la región en el plan geoestratégico de China.
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El otro gran factor geopolítico señalado por López es la reacción de Estados Unidos ante el fortalecimiento de los lazos entre Colombia y China. EE.UU., tradicional aliado estratégico de Colombia y principal accionista en organismos multilaterales como el BID y el Banco Mundial, podría restringir su financiamiento a proyectos que sean ejecutados por empresas chinas.
“Probablemente el BID tenga cláusulas en el futuro que impidan financiar proyectos si el contratista es una empresa china. Eso puede tener repercusiones hacia adelante, no en lo ya contratado, pero sí en futuros proyectos como la segunda línea del metro de Bogotá”, explicó el economista.
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El presidente Gustavo Petro, durante su reciente visita a China, defendió el acercamiento afirmando que responde a la necesidad de diversificar fuentes de financiamiento ante las presiones de Estados Unidos. Sin embargo, ANIF llama a la prudencia.
“La ruta de la Seda ha tenido beneficios, pero también está acompañada de críticas válidas. No podemos arriesgar la estabilidad fiscal del país por un acercamiento que puede comprometer nuestra autonomía financiera”, puntualizó López.
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