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En la costa pacífica de Colombia, el pequeño pueblo de Los Mulatos, en Tola, Nariño, sorprende por sus habitantes de piel y ojos claros, conocidos como los vikingos colombianos o los "culimochos". Aislados en una región mayoritariamente afrocolombiana, este enigmático grupo destaca por su cultura marítima, tradición artesanal y habilidades como carpinteros navales, con raíces que datan del siglo XVIII.
Enclavado en la región pacífica Los Mulatos es un pueblo diferente a cualquier otro en la zona. Mientras que la mayoría de los habitantes de esta región son afrodescendientes, Los Mulatos ha sido hogar durante siglos de una comunidad particular: los "culimochos", apodo que reciben los locales de piel blanca y ojos claros que, curiosamente, combinan tradiciones afrocolombianas con su propia herencia cultural.
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Según una publicación de la Universidad de Antioquia, la historia de los culimochos se remonta a 1789, cuando se establecieron en Mulatos tras migrar desde la región de Iscuandé durante el declive de la minería aurífera. Desde entonces, la comunidad ha conservado una tradición única: la construcción de embarcaciones de madera para transporte y comercio marítimo.
Su origen sigue siendo un misterio fascinante. En un cortometraje publicado por RTVC, los habitantes comparten diversas teorías sobre sus raíces: algunos creen ser descendientes de vikingos que encallaron en sus playas hace siglos, mientras que otros apuntan a la mezcla entre colonos españoles y pobladores originarios de la región.
Conocidos por fabricar embarcaciones de hasta 30 metros de eslora, impulsadas por motores diésel y capaces de navegar durante 30 horas, los carpinteros navales de Mulatos han diseñado barcos que conectan puertos como Tumaco y Buenaventura. Esta práctica, que mezcla técnicas heredadas y conocimientos locales, es parte esencial de su identidad. Los astilleros, situados en manglares y playas, han sido el centro de la comunidad por generaciones.
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Sin embargo, esta tradición está desapareciendo debido a los impactos sociales y económicos del conflicto en la región. Los barcos de Mulatos, con diseño robusto y parecido a un Arca de Noé, son un símbolo de resistencia y adaptación.
Aunque se les conoce como "blancos", los culimochos adoptaron muchas tradiciones afrocolombianas. En Mulatos se fabrican y tocan marimbas, se baila currulao y se cantan arrullos, elementos distintivos de la cultura del Pacífico. La mezcla de influencias ha generado una identidad única, que los antropólogos apenas comienzan a explorar, detalla el estudio que publicó la Universidad de Antioquia.
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Según investigaciones de la Universidad Nacional y la Universidad de los Andes, los culimochos representan un legado cultural marítimo y artesanal que debe preservarse.
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