Con discurso del presidente Petro en la Plaza de Bolívar, comienza la campaña presidencial de 2026
La apuesta del presidente es lograr la movilización de más de 15 millones de personas que salgan a las urnas, más de cuatro millones de votos adicionales a los que lo llevaron a la Presidencia en el 2022, sin el desgaste propio de tres años de Gobierno.
El presidente Gustavo Petro comenzó la campaña política para buscar la permanencia en el poder del proyecto progresista en las elecciones de 2026. Lo hizo en el discurso en la Plaza de Bolívar con el que formalizó ante el Senado su propuesta para sacar adelante una consulta popular.
La apuesta del presidente es lograr la movilización de más de 15 millones de personas que salgan a las urnas, más de cuatro millones de votos adicionales a los que lo llevaron a la Presidencia en el 2022, sin el desgaste propio de tres años de Gobierno.
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La campaña que ya está en marcha, a pesar de que apenas el Senado comenzará a discutir la próxima semana si avala o no la consulta popular, está concentrada en la suma de comités locales conformados por los mismos líderes locales de la campaña de 2022, con los resultados de una masiva política de subsidios para los menos favorecidos, una intensa movilización por todo el país del gabinete ministerial y una agresiva campaña publicitaria en medios de comunicación y redes sociales.
Presidente Gustavo Petro con la espada de Bolívar
Foto: AFP
Esa campaña estará marcada por una instrucción del presidente Petro de profundizar la polarización, descalificar a quienes se opongan o se abstengan frente a la consulta e intimidar a los poderes públicos para persuadirlos con el fin de que terminen sumándose a la iniciativa.
Por eso es importante identificar las ambigüedades en el discurso presidencial: uno, aunque dice que su propuesta no es responder con violencia, ondea en la Plaza de Bolívar la bandera de Guerra a Muerte de la época de Simón Bolívar, que significó una ofensiva violenta contra los españoles que dejó centenares de muertos.
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Dos, primero amenaza con que el pueblo se levanta y revoca al Congreso si el Senado no aprueba la consulta popular y a renglón seguido dice que él se refiere al castigo de los votantes en las elecciones parlamentarias de 2026.
Tres, aunque primero dice que no quiere reelegirse porque no le gusta el Palacio de Nariño porque es frío y tiene fantasmas y pecados, luego, medio en serio y medio en broma, dice que si el Senado tumba la consulta popular, él debería amarrarse al Sillón Presidencial en 2026 a ver qué pasa.
Mientras tanto, los problemas más apremiantes que agobian a los colombianos no son la prioridad para el Gobierno: la paz total naufraga lentamente en medio de un violento plan pistola del Clan del Golfo y del ELN y el sistema de salud paulatinamente profundiza su colapso, ante la mirada indolente del Ejecutivo.