Una propuesta de decreto del Ministerio de Salud está a punto de empeorar la calidad de la pasta en Colombia, de acuerdo con advertencias de la Cámara Fedemol de la Andi, al Gobierno.
Desde 1996, en Colombia es obligatorio que todos los derivados del trigo se vendan al público con una adición de hierro y vitaminas. Ese proceso se conoce como fortificación. Sin embargo, el Gobierno planea, en un proyecto de decreto, sacar de la lista de alimentos con fortificación obligatoria a las sémolas de trigo (o harinas de trigo duro) que son el ingrediente básico de los spaguettis, tornillitos, pasta para lasañas y hasta pasta para la sopa de letras.
"El hierro previene la anemia, que es una enfermedad que se produce por mala alimentación. Adicionalmente, la premezcla vitamínica tiene las vitaminas del complejo B como la vitamina B1 y B2 que son muy importantes para tu sistema inmune y la producción de glóbulos rojos se produzca y tengas una muy buena salud", explicó la directora de Fedemol, Pilar Ortiz.
Según Ortiz, desde el 2024 la industria viene advirtiéndole al Gobierno que los importadores de pastas no están cumpliendo con la norma de la fortificación.
Si se elimina la obligación de fortificar las sémolas, advierte Ortiz, la industria nacional perdería el incentivo para seguir ofreciendo pastas de mayor calidad nutricional al público porque competiría con un producto importado de peor calidad y bajo precio. Al final, los damnificados serán por colombianos porque se rebajaría la calidad de un producto de consumo masivo en un momento en el que el 30 % de la población está sufriendo algún tipo de inseguridad alimentaria.
Los datos de Fedemol señalan que en el 2024 se produjeron 1.3 millones de toneladas de harina de trigo fortificada que, a su vez, se convirtieron en pastas, pasteles, galletas y pan.
"Eliminar la fortificación de estos alimentos no solo es técnicamente inadecuado, sino éticamente inaceptable en un país con altos niveles de inseguridad alimentaria", dice Fedemol.
Lo irónico es que el objetivo del Gobierno es fortalecer la política de fortificación e incluir en el listado a la harina de maíz, para que los colombianos consuman arepas fortificadas.
"La Encuesta Nacional de Situación Nutricional (2015), demostró que existen deficiencias de micronutrientes tales como hierro, zinc y vitaminas A, B12 y D, en cualquier momento de la vida de la población colombiana", señaló el Ministerio de Salud en la justificación de su medida.