“Pasaron cosas que yo no le sé contar muy bien”, dijo Alex Valencia a Blu Radio desde el hospital en Alaska donde se recupera sin entender aún cómo terminó con sus extremidades amputadas.
Alex Valencia llegó a Estados Unidos en 2023 huyendo de la guerra en Colombia sin imaginar que el sueño americano que perseguía se iba a convertir en una verdadera “pesadilla americana”. Postrado en una cama desde hace cerca de dos meses, el joven, de 23 años, no se explica cómo perdió parte de su brazo, pierna y pies.
“Creo que los mismos que me trajeron tienen la culpa, por decirlo así, porque yo perdí el conocimiento y yo no me acuerdo muy bien de muchas cosas cuando entré al hospital”, dijo a Recap Blu.
Alex permanecía en un centro de reclusión en Fairbanks, Alaska, donde había sido detenido tras un altercado con un amigo, según contó su mamá en entrevista con Blu Radio. Allí, habría contraído una bacteria que terminó carcomiéndole la piel de un brazo y una de sus piernas.
Estando detenido y enfermo, el colombiano sufrió un desmayo y hasta ahí recuerda. “Me acuerdo de antes y a mediados, pero ya en el momento en el que yo pierdo el conocimiento, pasaron cosas que, pues no le sé contar muy bien”, dice desde el hospital.
Alex solo sabe que cuando recobró el conocimiento, varias de sus extremidades habían sido amputadas. “Yo perdí el conocimiento totalmente. No me acuerdo de nada”, insiste. Hasta el momento nadie le ha dado una explicación sobre lo que le habría pasado estando detenido. Sin embargo, él y su madre dicen que habría adquirido la bacteria como consecuencia de las malas condiciones de salubridad en el lugar.
“Eran unas condiciones de sanidad bastante precarias, es lo poco que él recuerda”, dijo Sandra Valencia en entrevista con Recap Blu y agregó que en la celda donde lo tenían no había agua en el lavamanos, el inodoro no servía y el colchón estaba en muy mal estado.
Mientras Alex permanece en Alaska, en Colombia, su mamá pide por su recuperación, y tampoco se explica cómo su hijo, un joven trabajador y con sueños, terminó viviendo esa pesadilla. “Por qué una persona entre bien y sale con una infección de esta magnitud tan avanzada. ¿Cómo es posible que no se dieran cuenta de que él estaba así de mal?, se pregunta mientras su voz se quiebra durante la entrevista.
A Sandra le negaron la visa a Estados Unidos para ver a su hijo. Ella y sus vecinos hacen colectas para recaudar fondos porque la prioridad de Alex hoy es recuperarse y poder acceder a unas prótesis que le permitan valerse por sí mismo. “Él tiene mucha ilusión con sus prótesis, pero son muy costosas”, dice la mamá del joven migrante.