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Mayerli Buitrago es una santandereana proveniente de una familia humilde, mamá de dos hijos y que por muchos años se ganó la vida como zapatera, oficio en el que ganaba lo necesario para sostener a su familia.
Sin embargo, sus días eran difíciles, su oficio le ofrecía trabajo solo nueve o diez meses al año y su situación económica era compleja. Mientras tanto, su sobrino Carlos Daniel Serrano sobresalía como paranadador, consiguiendo títulos Nacionales, Panamericanos, Sudamericanos, Mundiales y el más importante: el Paralímpico de Río de Janeiro 2016.
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Él le insistía a su tía que ingresara al deporte, pero sus necesidades le impedían aceptar la invitación. Sin embargo, en un día de crisis aceptó y empezó a nadar. Ahí estuvo un par de meses, pero el entrenador Luis Carlos Calderón le dijo que no tendría mucho futuro y que probara en el atletismo.
Esa fue la mejor decisión de su vida, empezó a practicar lanzamiento de bala y los logros llegaron rápidamente; se coronó campeona nacional y se convirtió en deportista apoyada en Santander. Por esa razón, debió aumentar las horas de entrenamiento, dejó la zapatería y se dedicó de lleno al deporte.
En el 2021 logró la clasificación a los Juegos Paralímpicos y este jueves consiguió su gran sueño: una medalla en Tokio 2020.
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