
Las tres hipótesis sobre el retraso en la primera fumata del cónclave, según prensa italiana
La extensa espera por la primera señal de humo en la Capilla Sixtina generó especulaciones.

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La primera jornada del cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco resultó más extensa de lo previsto. La demora de más de tres horas hasta la emisión de la primera fumata, la tradicional señal de humo desde la Capilla Sixtina, desató especulaciones en torno a un posible consenso temprano. Sin embargo, el humo negro disipó esa posibilidad y confirmó que, al menos por ahora, no hay nuevo pontífice.
Según el diario italiano La Repubblica, no existe un antecedente reciente de un retraso tan prolongado en la fumata inicial de un cónclave. Esto ha dado lugar a tres hipótesis que circulan en ambientes vaticanos para explicar lo sucedido.
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1. Recogimiento prolongado
La primera explicación apunta a que se extendió el tiempo dedicado a la meditación espiritual dirigida por el predicador Raniero Cantalamessa. Esta reflexión tiene lugar inmediatamente después de la ceremonia conocida como “Extra omnes” (“Todos afuera), cuando se cierra el a la Capilla Sixtina y los 133 cardenales electores quedan aislados. Esta hipótesis, considerada la más sencilla, sugiere que la demora obedeció a una intensificación del clima espiritual previo a las deliberaciones.
2. Error en la votación
Otra posibilidad es que se haya producido un error durante el proceso de votación, lo que habría obligado a anular el conteo y repetirlo. Aunque no se ha confirmado oficialmente, en el cónclave de 2013 ya circuló un rumor similar sobre un fallo en la primera ronda.
La tercera hipótesis indica que los cardenales debatieron seriamente la posibilidad de postergar la votación para el día siguiente. Esta alternativa, contemplada por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, podría haberse planteado como opción estratégica para favorecer la reflexión y el consenso.
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Mientras tanto, las votaciones continuarán en los próximos días, con dos rondas por la mañana y dos por la tarde, hasta alcanzar el acuerdo necesario para elegir al nuevo Papa. Durante este periodo, los cardenales deben permanecer dentro del territorio vaticano, sin o alguno con el exterior y bajo estrictas normas de aislamiento.