
¿Se saca las 'yucas' de las manos? Esto dice de su personalidad, según la psicología
El tronarse los dedos se puede deber a diferentes motivos, que pueden tener relación con temas psicológicos o físicos.

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La mayoría de las personas en algún momento de su vida se han tronado los dedos, muchas veces lo realizan para aliviar el estrés que produce cierto bienestar parecido al de un estiramiento.
Las personas que más suelen realizar esta acción, según estudios, son los adolescentes, en especial los hombres, y las personas obsesivas y tensas que estallan sus articulaciones como si fuera un papel de burbuja.
Por otro lado, la ciencia ha indagado sobre las razones detrás de este fenómeno y si tiene algún impacto negativo en la salud. Estudios con resonancia magnética han revelado que se trata de burbujas de vapor que estallan al someterse a una determinada tensión. Una teoría más reciente sugiere que se generan por la fricción y las presiones negativas provocadas por el o entre los tejidos.
En 1998, el doctor Donald Unger, movido por la misma curiosidad, llevó a cabo un experimento en el que se hizo crujir los nudillos de su mano derecha dos veces al día durante 50 años. A través de radiografías comparativas y pruebas funcionales en ambas manos, demostró que este hábito no le causó ningún daño. Otros estudios médicos sugieren que, si se realiza con frecuencia, podría reducir la fuerza de agarre de la mano, aunque ninguno ha podido confirmar que afecte negativamente las articulaciones. En conclusión, según la ciencia, el crujirse los dedos ocasionalmente no parece ser perjudicial para la salud.
Un dato curioso de esta práctica es que suele asociarse con otros hábitos como fumar o morderse las uñas, que varía según las personas que los realizan.
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