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El panorama desolador que dejó el incendio de 4 días que afectó un extenso terreno de 50 hectáreas de frailejones en enero de 2024, y que en un principio de la emergencia causó tristeza por la pérdida de estos ejemplares que son vitales para la producción de agua en esa zona del departamento, con el paso de las semanas, meses y un año de la emergencia se fue convirtiendo en un ejemplo de recuperación y esperanza.
Desde hace 12 meses, los frailejones del páramo de Berlín están siendo vigilados y conservados por comunidades. Los niños de una escuela y entidades, como el Ejército, la CDMB y el Acueducto Metropolitano de Bucaramanga.
Y es que no es para menos, ya que esta zona necesitaba de atención pues los frailejones son plantas emblemáticas de los páramos colombianos y clave para la regulación hídrica y la conservación del suelo.
“Lo que se denominó como el valle de la muerte, hoy podemos decir que es el lugar donde florece la vida. Allí, hoy en día este lugar emerge para mostrarnos a todos la resiliencia que tiene el ecosistema de páramo, especialmente la especie de frailejón”, indicó dos meses después del gigantesco incendio Javier Leal, ingeniero forestal del Acueducto Metropolitano de Bucaramanga,
Y es que cuidar a los frailejones ha sido el propósito de la comunidad. Fabio Díaz, agricultor, habló sobre el trabajo de conservación en el páramo de Berlín.
“La zona está recuperada, se recuperaron lo frailejones, nosotros somos los que más los cuidamos. La vida de nosotros aquí en el páramo es el agua”, dijo el agricultor.
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Tras la emergencia, un equipo de expertos de la Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) se encargó del monitoreo en la zona afectada. En agosto pasado la bióloga especialista de la subdirección de Ordenamiento y Planificación del Territorio de la CDMB dio un parte de tranquilidad y dijo lo siguiente:
“Lo que en su momento se consideró como un cementerio de frailejones hoy es un área de recuperación activa”.
“Ya vemos que su floración pudo darse en su momento y, adicionalmente, hoy contamos con una sala cuna, es decir, nuevos frailejonesalrededor de estos ejemplares”, señaló la bióloga.
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Hoy los frailejones del páramo de Berlín son símbolo de fortaleza e inspiración de nuevas generaciones que trabajan de manera incansable por la preservación del medio ambiente.
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