Una investigación liderada por la Universidad Industrial de Santander (UIS) confirmó que la exposición prolongada al material particulado fino (PM2.5) incrementa el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares y respiratorias en las principales ciudades de Colombia. El estudio, titulado "Calidad de aire y salud ambiental urbana en cinco ciudades de Colombia", analizó la relación entre la calidad del aire y la salud en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga entre 2015 y 2019, período en el cual se registraron 72.029 muertes asociadas a causas cardiorrespiratorias.
Los hallazgos son preocupantes. Bogotá presentó la mayor variabilidad y número de muertes por estas enfermedades, mientras que Barranquilla registró las tasas brutas de mortalidad más altas, con 1.113,7 por cada 100.000 habitantes. En contraste, en Cali, las enfermedades respiratorias superaron a las cardiovasculares como principal causa de mortalidad.
En Bucaramanga, aunque no se identificaron patrones de concentración geográfica, sí se evidenció una relación entre la exposición crónica al PM2.5 y un aumento de muertes por enfermedades cardiorrespiratorias. Medellín, por su parte, mostró un incremento en las muertes tanto cardiovasculares como respiratorias.
Uno de los aportes más innovadores de este estudio es el uso de mapas detallados de exposición al material particulado fino (PM2.5) a nivel intraurbano, es decir, por sectores censales. Esta metodología permitió identificar zonas de mayor vulnerabilidad dentro de cada ciudad, un avance significativo frente a estudios previos que se basaban en datos a nivel municipal o regional.
El proyecto fue liderado por la profesora Laura Rodríguez, del Departamento de Salud Pública de la Escuela de Medicina de la UIS, junto al investigador Víctor Mauricio Herrera, y contó con la participación de instituciones como la Universidad Nacional de Colombia, Universidad de Antioquia, Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad San Buenaventura, Universidad del Norte, Universidad Autónoma de Bucaramanga, el Instituto Nacional de Salud, y McGill University como colaboradora internacional. Además, se trabajó de la mano con las secretarías de salud y ambiente de cada ciudad.
Los resultados de este análisis han sido presentados ante los comités territoriales de salud ambiental (COTSA) y en escenarios académicos internacionales. Según los investigadores, estos hallazgos son fundamentales para diseñar políticas públicas efectivas y adaptadas a las necesidades específicas de cada ciudad, con el fin de mitigar los impactos de la contaminación atmosférica en la salud de los colombianos.
El estudio también destaca la importancia de integrar datos de exposición locales en las evaluaciones de riesgo, con el objetivo de comprender de manera más precisa las consecuencias de la contaminación en la salud urbana. Se espera que esta información sirva de base para intervenciones de salud pública más focalizadas y eficientes.