¿Qué cambió en Petro? El mismo que denunció a Martinelli por corrupción hoy le da asilo
La medida sorprende porque Petro, durante años, fue uno de los críticos más fuertes de Martinelli y lo señaló públicamente como parte de una red de protección política que favorecía la impunidad.
Expresidente panameño Ricardo Martinelli y presidente Gustavo Petro
El gobierno colombiano otorgó asilo político al expresidente de Panamá Ricardo Martinelli condenado en su país a más de 10 años de cárcel por corrupción y lavado de activos en el caso New Business.
La medida sorprende porque Petro, durante años, fue uno de los críticos más fuertes de Martinelli y lo señaló públicamente como parte de una red de protección política que favorecía la impunidad.
Desde 2010, Petro publicó varios mensajes en redes sociales en los que criticaba el asilo que Martinelli le dio a María del Pilar Hurtado, exdirectora del DAS condenada en Colombia a 15 años de prisión por interceptaciones ilegales.
Petro también acusó a Martinelli de tener vínculos con el expresidente Uribe y de pedir ayuda a Estados Unidos para hacer espionaje, según documentos revelados por Wikileaks. Incluso, en 2016 y 2019, Petro señaló a los hijos de Martinelli de recibir sobornos de Odebrecht y de otras empresas como FCC.
Ricardo Martinelli
Foto: AFP
Ahora, en mayo de 2025, el propio Petro decidió concederle asilo a Martinelli, lo que ha hecho que algunos se pregunten qué cambió: si fue la información, las circunstancias o las convicciones del presidente.
Mientras tanto, la Casa de Nariño ha dado mayores detalles sobre los motivos concretos, y solo emitió un comunicado en el que dice que la decisión se tomó por razones humanitarias y siguiendo el principio pro persona.
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El gobierno panameño aceptó la salida de Martinelli, quien estaba refugiado en la embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá, y le dio un salvoconducto para viajar a Colombia.
Aunque Panamá dijo que se respetaron las normas internacionales sobre asilo, en Colombia crece el debate por lo que muchos ven como una contradicción entre el discurso del pasado de Petro y sus decisiones actuales en el poder.
Los trinos de Gustavo Petro, publicados a lo largo de casi una década, revelaron una línea constante: la denuncia de una alianza política y judicial entre los expresidentes Álvaro Uribe y Ricardo Martinelli, con la complicidad pasiva, según él, del ahora expresidente Juan Manuel Santos.
BLU Radio. Ricardo Martinelli // Foto: AFP
MAURICIO VALENZUELA/AFP
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El centro de sus críticas del entonces senador giró en torno a la protección de María del Pilar Hurtado, símbolo de lo que Petro describió como un aparato de persecución ilegal que debía rendir cuentas ante la justicia.
Críticas por el asilo a María del Pilar Hurtado
Los trinos más antiguos datan de noviembre de 2010, cuando se conoció que el gobierno de Martinelli había concedido asilo político a María del Pilar Hurtado. Petro respondió entonces con mensajes irónicos.
María del Pilar Hurtado / Foto: El Espectador
El 19 de noviembre de ese año retuiteó comentarios que destacaban la cercanía de Martinelli con Uribe y la protección ofrecida a Hurtado, quien era requerida por la justicia colombiana por su participación en las interceptaciones ilegales a magistrados, periodistas y opositores políticos.
Un día después, Petro escribió: “Uribe, después que su amigo Martinelli encubre al delincuente, me ataca porque no fui a la audiencia de su tribunal de bolsillo”. En otra respuesta a s, añadió: “Santos está aceptándole a Martinelli que es un perseguidor político”, dejando en evidencia su desacuerdo con la postura del nuevo presidente colombiano, a quien señalaba de legitimar el asilo y contribuir a la impunidad.
El 21 de noviembre, el entonces congresista continuó con sus críticas: “Dada la actitud de Santos ante Martinelli, lo lleva al conflicto con la justicia y lo devuelve a Uribe”. Para Petro, la istración de Santos no había roto con el uribismo en asuntos fundamentales como el respeto a la justicia y la lucha contra el espionaje ilegal. Sin embargo, esta postura crítica no pareció tener consecuencias concretas más allá del debate público.
Revelaciones de Wikileaks y nuevas sospechas
El 25 de diciembre de 2010, Petro publicó varios trinos en los que aludió a documentos de Wikileaks que implicaban a Martinelli en prácticas de interceptación ilegal. “Con razón Martinelli ayudó a Uribe, si el presidente panameño le pidió a USA interceptar teléfonos”, escribió. En otro mensaje señaló: “Gracias a Wikileaks ahora sabemos por qué Martinelli ayudó a Uribe con el asilo de María Hurtado”.
El presidente Petro se habría realizado un lifting facial.
Foto: Presidencia de Colombia.
Ese mismo día cuestionó si el gobierno colombiano había respaldado indirectamente al panameño en su petición: “Si USA se negó al pedido de Martinelli, ¿el gobierno colombiano lo habrá ayudado?”, se preguntó Petro, insinuando complicidad por parte del Estado colombiano.
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A finales de ese año, el 29 de diciembre, Petro reforzó la idea de una alianza ideológica entre ambos expresidentes al afirmar: “Por esto Uribe y el panameño Martinelli se entendían tan bien, Dios los hace y...”.
De Hurtado a los sobornos de Odebrecht y constructora de Slim
En 2011, Petro retomó el tema con otro señalamiento a Uribe, esta vez con un tono más desafiante: “Si Uribe quisiera y no temiera esclarecer su papel, debería escribir a su amigo Martinelli para que entregue a María Hurtado a la justicia”.
Años después, cuando estalló el escándalo de Odebrecht, Petro relacionó directamente a los hijos de Martinelli con la recepción de sobornos. El 23 de diciembre de 2016 publicó: “Hijos del expresidente acusado de interceptación ilegal recibieron sobornos de Odebrecht. Se trata de Martinelli, Panamá”.
Odebrecht
Foto: AFP
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El 16 de octubre de 2019 amplió esa denuncia al mencionar a la constructora Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), socia de Carlos Slim, que según investigaciones había pactado con la Fiscalía de Panamá tras reconocer pagos ilegales. “FCC [...] sobornó hijos del presidente Martinelli y pagó 500 millones de dólares más en sobornos en Centroamérica, es socia de Odebrecht…”, escribió Petro, ampliando el foco de su crítica a una red internacional de corrupción. Las acusaciones fueron reportadas en medios panameños y españoles, aunque no todos los procesos han concluido en condenas.
Una decisión que revive el archivo de sus propias palabras
Ahora, tras la decisión de concederle asilo a Martinelli, las palabras del presidente Petro vuelven como eco de una narrativa que construyó durante años. Muchos se preguntan qué cambió: ¿la evidencia, las circunstancias o la convicción?
¿Cambió la evidencia?
No parece. La condena contra Martinelli en Panamá por lavado de activos y corrupción se basa en investigaciones que refuerzan, más que debilitan, las acusaciones que el propio Petro respaldó durante años desde la oposición. La información que antes sirvió de sustento para denunciarlo hoy sigue siendo válida, incluso reforzada por fallos judiciales. No se ha presentado ninguna nueva prueba que lo desvincule de los hechos por los que fue condenado.
¿
Cambió el contexto?
Posiblemente. Petro hoy es jefe de Estado y no congresista opositor. Las relaciones exteriores, las tensiones regionales y el interés de Colombia por asumir un papel de liderazgo humanitario en América Latina podrían haber influido en una decisión que, en otro tiempo, habría criticado con vehemencia. En este nuevo rol, el presidente debe equilibrar intereses diplomáticos, jurídicos y humanitarios, aunque esto implique contradicciones con su historial discursivo.
¿
Cambió la convicción?
Esa es la pregunta más difícil. Si no es la evidencia ni el contexto lo que ha variado en esencia, la sospecha recae sobre un posible cambio de principios. Para algunos analistas, conceder asilo a alguien a quien antes se consideró emblema de la impunidad podría indicar una flexibilidad política que roza la incoherencia. Para otros, podría ser el resultado de una visión pragmática del poder, en la que el derecho al asilo trasciende los antecedentes penales si se considera que hay persecución política.
Comunicado de Panamá sobre el asilo a Martinelli
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Panamá informó que el Gobierno de Colombia, mediante nota formal dirigida por el presidente Gustavo Petro al presidente panameño José Raúl Mulino, otorgó asilo al ciudadano Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, quien se encontraba asilado en la Embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá.
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En consecuencia, el gobierno panameño concedió el salvoconducto necesario para la salida del expresidente Martinelli, permitiéndole trasladarse en un carro diplomático desde la sede diplomática de Nicaragua hasta un aeropuerto, desde donde partió en avión rumbo a Colombia.
El comunicado resalta que Colombia es un Estado que históricamente ha respetado y promovido el Derecho Internacional, incluyendo el asilo en el sistema interamericano. Panamá expresó su confianza en que la concesión del salvoconducto cumple con lo establecido en la Convención sobre Asilo de 1928 y la Convención sobre Asilo Político de 1933.
Comunicado oficial de Colombia sobre la decisión presidencial
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia emitió un escueto comunicado en el que informó que el presidente Gustavo Petro concedió asilo político a Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, decisión que fue debidamente comunicada al Gobierno de Panamá.
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“La decisión se apoya en la observancia del principio pro persona y de la tradición humanista de Colombia de protección a personas perseguidas por razones políticas”, concluye el texto oficial.
¿Una jugada diplomática o una contradicción política?
El contraste entre los trinos del pasado y la decisión actual ha generado desconcierto. El giro en su postura, frente a un personaje que él mismo denunció por corrupción y espionaje, revive un debate más amplio: ¿hasta qué punto los principios ideológicos sobreviven al poder?