
"Estamos prácticamente secuestrados": las duras denuncias de migrantes apresados en Miami
Migrantes retenidos en el Centro de Procesamiento Krome, han descrito condiciones deplorables, trato inhumano y negligencia médica.

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Un creciente número de denuncias ha puesto nuevamente en el foco de atención al Centro de Procesamiento Krome, ubicado en las afueras de Miami, Florida. Migrantes retenidos en este lugar han descrito condiciones deplorables, trato inhumano y negligencia médica, en un contexto que, según defensores de derechos humanos, se ha vuelto insostenible. Un testimonio grabado en video por un ciudadano mexicano desde el interior del centro, utilizando un teléfono oculto, reveló la angustia de decenas de migrantes.
En el video, difundido en redes sociales, el hombre describe una situación crítica: personas detenidas por más de un mes sin ser procesadas, hacinamiento extremo y falta de atención médica. “Estamos prácticamente secuestrados… no es una broma, es real. Esto es Krome, Miami”, lamenta.En su mensaje, el detenido también denuncia actos de discriminación y clama por ayuda en nombre de connacionales y compañeros de encierro de Venezuela, Guatemala y otros países de la región. “Estamos enfermos, nadie nos atiende… somos muchos los que sufrimos”, se le escucha decir entre sollozos.
Las imágenes son parte de un patrón de denuncias que ha venido creciendo desde hace años, pero que se ha intensificado desde la ofensiva migratoria lanzada en 2017. Según registros oficiales, al menos dos personas han muerto bajo custodia del ICE en Krome: un ciudadano ucraniano de 44 años y un migrante hondureño.
A los casos de fallecimientos se suman múltiples relatos de personas que lograron salir, ya sea por vía legal o aceptando una deportación acelerada. Uno de ellos relató que estuvo más de cinco semanas en el centro y describió una escena alarmante: noches enteras encadenado en un autobús, sin comida suficiente y sin posibilidad de descanso. “Solo nos dieron una botella de agua. Dormir en esos asientos, con grilletes en los tobillos y muñecas, fue una pesadilla”, expresó.
Dentro de Krome, según testimonios, el panorama es igual de desolador: habitaciones con olores insoportables, baños sin privacidad y detenidos obligados a dormir junto a los retretes. “Pedí ayuda médica, pero los guardias se burlaban, decían que fingía”, denunció un exinterno. Inaugurado en los años 80 como una base militar, Krome se transformó en un centro migratorio para albergar a cubanos y haitianos.
Desde entonces, las críticas han sido constantes, pero activistas advierten que la situación ha alcanzado un punto límite. Evelyn Weise, abogada de Americans for Immigrant Justice, aseguró que en una década visitando centros similares, jamás había presenciado condiciones tan graves. “Esto supera todo lo que hemos visto. Las personas allí están atravesando un trauma profundo”, afirmó.
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Krome opera bajo supervisión del Departamento de Seguridad Nacional en colaboración con contratistas privados. Las denuncias recientes han renovado los llamados de organizaciones civiles para que se investigue a fondo la situación y se garantice el respeto a los derechos humanos de los migrantes. Mientras tanto, miles de personas continúan esperando respuestas en condiciones que, según quienes las viven, se asemejan más a un castigo que a un proceso de justicia.