
Así fue el asesinato de Elson Becerra, futbolista de la Selección Colombia y campeón de Copa América
Nacido en el humilde barrio San Francisco de Cartagena, Elson Becerra destacó desde niño. Una balacera le cobró la vida.

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El nombre de Elson Becerra quedó grabado en la historia del fútbol colombiano no solo por su talento en la cancha, sino por el trágico final que encontró en una balacera en enero de 2006. El exdelantero de la selección Colombia y campeón de la Copa América 2001 fue asesinado a los 27 años en un estadero de Cartagena, víctima de un crimen que conmocionó al país.
Nacido en el humilde barrio San Francisco de Cartagena, Becerra destacó desde niño. "Desde chiquito le gustaba el fútbol. Su papá lo llevaba a jugar, y aunque los demás niños hacían relajo, él se destacaba por su velocidad y gambeta", recordó Julio Banqués, su primer entrenador, en entrevista con Expediente Final, de Caracol Televisión.
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Su carrera despegó en equipos como Cooperamos Tolima y Junior de Barranquilla, antes de dar el salto al Al Jazeera de Emiratos Árabes, donde firmó un contrato millonario. "Él me decía: 'Papá, yo me voy para salirme de Colombia como sea'. Y lo logró", relató su padre, Evelio Becerra.
Quienes lo conocieron lo describen como un hombre bondadoso. "Llegaba a la casa sin zapatos porque se los regalaba a quien se los pidiera", contó una de sus hermanas.
"Un día trajo una cartera llena de billetes, y a la mañana siguiente estaba vacía. 'Ay, niño, ¿te gastaste toda la plata?', le pregunté. 'No, eso lo regalé', respondió".
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Pero esa misma generosidad lo rodeó de personas que, según su familia, no siempre tenían buenas intenciones. "Él era el que pagaba todo en las fiestas. 'Nosotros no invitábamos a Elson, lo llevábamos porque sabíamos que él gastaba', itió un amigo en el programa.
El 8 de enero de 2006, Becerra fue a un estadero en Bocagrande con amigos, incluido Alexander Ríos, un conocido de dudosa reputación. "Mi compadre le dijo: 'Si va a pelear, mejor váyase, porque nosotros no discutimos con nadie'", reveló un testigo. Minutos después, un grupo armado llegó disparando.
"Yo lo tenía cargado cuando sonaron los tiros. Él esquivó, pero le dieron en el pecho. 'Párate, vámonos', le grité, pero cuando alzó la cara, ya tenía los ojos en blanco", relató Hamilton Iriarte, amigo del futbolista. Becerra y Ríos murieron en el acto.
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Los asesinos, identificados como de una banda local, fueron capturados días después. "Uno se rió en la audiencia. Yo le dije: 'Ríe, pero pagarás por la muerte de mi hijo'", recordó Evelio con amargura. Los condenados recibieron 40 años de prisión.
Tras su muerte, la familia quedó en la ruina. "Él nos compró casas, carros... pero todo se derrumbó", itió su hermana. Su hijo mayor, también llamado Elson, heredó su pasión por el fútbol, pero no el apoyo que su padre pudo brindarle. "Extraño saber quién era mi papá. En las fotos siempre está riendo, bailando... era único", dijo María Paula, la hija que nunca conoció.
Becerra murió días antes de regresar a Emiratos Árabes, donde esperaba reencontrarse con su equipo. "Quería volver a Colombia después, jugar aquí otra vez", confesó su esposa. Hoy, su historia es un recordatorio de cómo el talento y la fama no siempre protegen de un destino cruel.