Smith, que vive con una forma severa de esta enfermedad neurodegenerativa que compromete la movilidad y el habla, se ha convertido en el tercer ser humano en recibir el implante cerebral N1, un dispositivo experimental que permite conectar directamente el cerebro con computadorasy otros sistemas digitales. Aunque su movilidad está severamente limitada —apenas puede mover los ojos y un poco las comisuras de la boca—, Smith ha recuperado una forma de autonomía que parecía perdida.
El implante N1 ha permitido a Smith controlar el cursor de su computadora utilizando únicamente la actividad cerebral, lo cual ha transformado radicalmente su capacidad de interacción con el entorno digital. En un video recientemente publicado en su cuenta de X (antes Twitter), Smith compartió cómo comenzó a utilizar esta interfaz para comunicarse, trabajar y participar en conversaciones en línea.
Uno de los aspectos más emotivos del video es el uso de una voz clonada mediante inteligencia artificial, construida a partir de antiguas grabaciones del paciente, hechas antes de que perdiera por completo su capacidad de hablar. A través de esta voz reconstruida, el paciente explicó cómo ha estado desarrollando, junto al equipo de Neuralink, herramientas basadas en IA que le facilitan aún más la comunicación.
Entre estas innovaciones destaca una aplicación que le permite seguir el ritmo de una conversación y responder a través de opciones sugeridas por la inteligencia artificial. Aunque Smith ite que el sistema aún no es perfecto, reconoce que le permite mantenerse involucrado y generar respuestas de manera más fluida. Además, se encuentra aprendiendo a usar un teclado adaptado para controlarse con el cursor, lo cual podría acelerar su capacidad de escritura.
El avance fue celebrado por Elon Musk, fundador de Neuralink, quien compartió el video acompañado del mensaje: “Conversando con el primer paciente con ELA que usa Neuralink”. Según declaraciones anteriores de Musk, la empresa tiene previsto implantar su chip cerebral en al menos una veintena de personas más a lo largo de este año.
Este caso abre nuevas perspectivas para las personas con discapacidades severas, mostrando cómo la tecnología puede devolver voz, conexión y dignidad donde antes solo había silencio.