Este Domingo de Resurrección, monseñor Rafael de Brigard nos invita a contemplar el misterio más grande de la fe cristiana: Cristo ha resucitado. A través de su mensaje, nos recuerda que “la muerte no es la última palabra”, y que el sepulcro vacío es una señal definitiva de que Dios ha vencido el pecado, el miedo y la oscuridad.
En su profunda meditación sobre el Evangelio de Juan (20,1-9), monseñor nos confronta con una pregunta crucial: ¿Dónde estamos buscando a Dios? Al igual que María Magdalena, muchos seguimos mirando hacia el sepulcro, a la oscuridad, a lo perdido, sin darnos cuenta de que “Dios no vive en la tumba, no se encuentra entre los muertos”. Su voz firme denuncia el culto a la muerte que aún persiste en nuestra sociedad, especialmente cuando se glorifican las muertes violentas como si tuvieran valor: “la única muerte que vale la pena es la de Cristo y la de todos los que se adhieran a su obra”.
Finalmente, esta reflexión dominical es un llamado a vivir en fe, a buscar al Resucitado en la vida cotidiana, en los pobres, en el pan compartido, en la comunidad. “Si no hay fe, Dios podrá pasar frente a nosotros una y mil veces que seguiremos ciegos a la gran visión”. Monseñor nos anima a hacer del tiempo pascual una gran meditación espiritual y a no olvidar jamás que “no busquemos entre los muertos al que está vivo”.
Escuche la reflexión completa aquí: