En su reflexión dominical, monseñor Rafael de Brigard nos invita a profundizar en la importancia de la fe y el ejercicio espiritual de creer, un acto que, según él, debe ser vivido en un amor profundo hacia Dios. El Evangelio de hoy, en el que Tomás duda de la resurrección hasta ver las llagas de Jesús, es un llamado a fortalecer nuestra capacidad de creer sin necesidad de pruebas visibles. Jesús, al final, nos recuerda que “dichosos los que creen sin haber visto” (Juan 20:29), invitándonos a confiar en Dios y en sus promesas incluso en la ausencia de evidencias tangibles.
Monseñor también destaca la actitud de Cristo resucitado, quien, a pesar de haber sido traicionado y abandonado por sus discípulos, no les guarda rencor y se presenta ante ellos con un mensaje de paz y reconciliación: “Paz a vosotros” (Juan 20:19).
Finalmente, el obispo hace un llamado a la Iglesia y a todos los cristianos a ser luz en su entorno, actuando como verdaderos testigos de la fe, viviendo con alegría y esperanza. En medio de un ambiente lleno de acusaciones y divisiones, Monseñor resalta la necesidad de transmitir el perdón y la misericordia. Nos invita a reconocer los signos de Dios en nuestras vidas y a pedir, como los apóstoles, que “Señor, aumenta nuestra fe” (Juan 20:31), para poder ver y experimentar a Dios en cada momento y circunstancia, con una mirada de esperanza y amor.
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