
¿Por qué el chisme es tan adictivo? Esto dice la Psicología
El chisme es adictivo por varias razones profundamente enraizadas en la psicología humana.

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Según la psicología, el ser humano, desde la evolución, ha dependido del grupo para sobrevivir. Saber quién es confiable, quién rompió las reglas o quién se alió con quién era clave. El chisme funciona como una herramienta social que ayuda a entender y navegar el entorno social.
Por otro lado, la mayoría de los expertos define el chisme como hablar sobre alguien que no está presente y compartir información que no es del conocimiento general.
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De hecho, un estudio de la Universidad de California en Riverside reveló que, en promedio, una persona dedica unos 52 minutos al día a este tipo de conversaciones.
Pero no todo chisme es negativo. Solo alrededor del 15 % de lo que se dice en intercambios tiene un tono crítico o de juicio, lo que los investigadores llaman contenido “evaluativo”. El resto suele ser simplemente compartir datos o situaciones, como “se quedó trabajando hasta tarde” o “tuvo que ir al hospital”.
“Este tipo de chismes neutrales puede tener un lado positivo: ayuda a crear lazos, sentirnos parte de una comunidad y a entender mejor nuestro entorno social”, según explica Megan Robbins, profesora de Psicología en UC Riverside.
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Aunque a veces se vea como algo negativo, el chisme cumple funciones psicológicas y sociales muy profundas. No se trata solo de hablar por hablar: cuando las personas echan chisme, según la psicología, están alimentando mecanismos que han estado enel cerebro desde tiempos ancestrales.