
¿Es malo comer carne roja el Viernes Santo? Esto es lo que dice la Biblia
Durante la Semana Santa, una de las preguntas más comunes entre los creyentes es si está mal comer carne roja el Viernes Santo, aunque la tradición dice que no debe hacerse.

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Durante la Semana Santa, una de las preguntas más comunes entre los creyentes es si está mal comer carne roja el Viernes Santo. La tradición dice que no debe hacerse, pero ¿qué dice realmente la Biblia?
En términos estrictamente bíblicos, no hay ninguna prohibición que impida comer carne roja el Viernes Santo. Esta práctica no surge de un mandato escrito en las Escrituras, sino de una tradición posterior, especialmente adoptada por la Iglesia Católica como acto de penitencia.
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El Nuevo Testamento ofrece una visión más libre sobre los alimentos. En el evangelio de Marcos (7:18-19), Jesús dice que nada de lo que entra al cuerpo puede contaminar al ser humano, refiriéndose directamente a la comida. El texto incluso concluye que con esas palabras "declaró limpios todos los alimentos".
El apóstol Pablo, en sus cartas, también fue enfático en este punto. En 1 Corintios 10:25 anima a los creyentes a comer sin temor lo que se vende en la carnicería. Y en Colosenses 2:16 advierte: "Por tanto, que nadie los juzgue por lo que comen o beben, o por días de fiesta". Es decir, no hay base bíblica para considerar pecado lo que se consume en fechas determinadas.
La tradición de no comer carne el Viernes Santo viene principalmente del catolicismo. Durante siglos, se ha promovido como una forma de ayuno y sacrificio en memoria del sufrimiento de Jesús en la cruz. La carne, símbolo de banquete o celebración, se evita ese día para invitar a la reflexión y la sobriedad.
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En cambio, el pescado se ha convertido en el alimento alternativo por ser más humilde y austero. No tiene una base espiritual concreta en la Biblia, pero se ha mantenido como símbolo de respeto en muchas culturas cristianas.
En otras denominaciones cristianas, como las iglesias evangélicas o protestantes, esta práctica no se considera obligatoria. Cada creyente decide cómo vivir la Semana Santa, y lo importante es la disposición del corazón más que las reglas alimenticias.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, comer carne roja el Viernes Santo no es pecado ni va en contra de la Biblia. Es una práctica respetable, pero no obligatoria. Lo esencial es el sentido espiritual con el que se vive la jornada, más allá de lo que se ponga en el plato.