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Se presenta un nuevo estudio realizado por la Fundación Anáas, Proesa de la Universidad Icesi, la Universidad del Rosario y la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile sobre la problemática del contrabando de cigarrillos en el país.
Según esta investigación, el contrabando en Colombia es del 16 %, por debajo de la cifra que presentó las tabacaleras del 34 %, argumento que utiliza la industria a nivel internacional para evitar que se aumenten los impuestos al tabaco.
Los resultados demuestran que el comercio ilícito sigue siendo una problemática global, latente en Colombia, pero moderada, contrario a lo que dicen las tabacaleras, como argumento para evitar el aumento de los impuestos a sus productos, los cuales, causan la muerte de 34.000 colombianos por año, además de los impactos a la economía del país.
Estas organizaciones han abordado el problema de contrabando de cigarrillos como un asunto de salud pública, tal como lo reconoce el convenio marco para el control de tabaco de la Organización Mundial de la Salud. Uno de los elementos necesarios para adoptar medidas eficaces de política para reducir este problema es la generación de información actualizada y libre de conflictos de interés acerca del tamaño del mercado ilícito de cigarrillos.
También se evidenció que la industria continúa cautivando a jóvenes a través de cápsulas saborizantes de cigarrillos lo que plantea nuevos desafíos a las políticas de control.
El aumento del impuesto entre 2016 y 2018 contribuyó en gran parte a la reducción del 16 % en el consumo de cigarrillos en Colombia durante este periodo. Al consumo de tabaco se le atribuyen más de 200 enfermedades no transmisibles, principalmente cáncer, y enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
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Los hallazgos más importantes fueron en torno al porcentaje de cajetillas ilícitas, frente a la proporción del total de cajetillas recolectadas en cada ciudad: Bogotá, con un 6,64 % de cajetillas de contrabando; Medellín, con un 21,54 %; Cali registró el 14,36%; Cartagena, el 43,23 %, y Cúcuta, 73,62 %. Lo anterior evidencia un total del 16,6 % de cajetillas de contrabando en las cinco ciudades.
El comercio ilícito es una cortina de humo de la industria para desviar la atención del hecho de que, por causa del cigarrillo, mueren ocho millones de personas cada año en el mundo. El único objetivo de las tabacaleras es aumentar el número de fumadores y hacer crecer sus ganancias.
Es decir, que el país puede continuar aumentando los impuestos a los cigarrillos, como una medida de control, y que el contrabando debe combatirse con la adopción e implementación del protocolo para la eliminación del comercio ilícito de productos de tabaco, lo cual, permitiría contar con sistemas de control estandarizados, transparentes y libres de la influencia de la industria, así como ampliar las oportunidades de coordinación, fortalecimiento institucional y cooperación internacional.
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