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La emblemática picada y fritanga de Doña Segunda ya es un patrimonio de los bogotanos, por eso llamó tanto la atención el cierre temporal de su restaurante por parte de la Dian por no dar la factura electrónica.
Pero más allá del golpe que recibió este local, ubicado en una esquina de la plaza de mercado del 12 de Octubre en Barrios Unidos en Bogotá, hay que hablar de la historia que hay detrás de este famoso piquiteadero.
El nombre del restaurantes es el mismo que el de su dueña, doña Segunda Fonseca, una mujer ya muy adulta que hace más de 60 años llegó a esta plaza buscando un empleo y terminó montando su propio negocio.
En 2021, la Alcaldía de Bogotá habló con esta mujer luchadora que desde niña asegura saber los secretos de una buena fritanga colombiana.
"Yo llegué a Bogotá hace 63 años, no encontraba trabajo, sin embargo sabía todo acerca del negocio de las carnes porque mi padre y madre me lo enseñaron. Compré un cerdo, lo maté y vendí la carne en la plaza de mercado Doce de octubre y de ahí comenzó a surgir que de la sangre del marrano se hacía la rellena, entonces ahí comencé a trabajar con 3 viseras para después aumentar la producción", contó doña Segunda.
Doña Segunda nació en Socotá, Boyacá y aseguró que la fritanga ha sido su "hobby" toda la vida y el que le ha dado para sostener a su familia, ya que tuvo nueve hijos y a todos los sacó adelante.
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Sobre cómo nació su restaurante, recuerda la violencia que vivió el país por la guerra entre conservadores y liberales y que incluso eso tuvo que ver en cómo fue que consiguió su restaurante.
Llegué a la plaza pidiendo que me ayudaran con un puesto para poder trabajar, pero resulta que en esa época que llegué a Bogotá había mucha división política, mandaban los liberales, y yo soy conservadora entonces el de la plaza era conservador y me dio el puesto para que empezara a trabajar
60 años después su restaurante sigue en pie, atendiendo a locales y extranjeros que llegan a probar su deliciosa fritanga.
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"Es porque preparo con mucho amor mi fritanga, la cual me esmero mucho en que tenga un excelente sabor, que sea aseado mi negocio para que el público esté contento y yo también", le comentó doña Segunda a un equipo de la alcaldía.
Junto con doña Segunda también se encuentra su nieta Jenny Gutierrez, sus hermanas Mercedes, Sabina y Doris quienes día a día están al frente de este negocio familiar, hoy, pasando por un inconveniente que esperan resolver pronto para seguir vendiendo este icónico plato típico.
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