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La fiebre amarilla es una enfermedad viral grave que se transmite por la picadura de mosquitos infectados. Conocida por causar hemorragias, fiebre y síntomas graves, la fiebre amarilla puede ser fatal si no se trata adecuadamente.
A pesar de que existen vacunas eficaces, las epidemias siguen siendo una amenaza en áreas con alta densidad de mosquitos y donde la inmunización de la población es insuficiente.
Es por eso que desde la Secretaría Distrital de Salud ha hecho un llamado a la ciudadanía para dar prioridad a la aplicación de vacunas contra enfermedades como la tosferina, la influenza y otras infecciones respiratorias agudas, así como a mantener al día el esquema regular de vacunación. Esta estrategia busca proteger a la población, prevenir posibles brotes y reducir el riesgo de introducción de enfermedades como el sarampión, en respuesta a las alertas sanitarias internacionales.
La actual istración ha intensificado sus esfuerzos para mejorar las coberturas de vacunación, mediante el fortalecimiento de acciones tanto en instituciones de salud como en espacios comunitarios. Además, ha consolidado alianzas estratégicas en beneficio del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) y ha promovido la capacitación continua del personal sanitario. Sin embargo, la creciente preocupación por la fiebre amarilla, a pesar de que Bogotá no se considera una zona endémica, ha tenido un impacto negativo en los niveles de vacunación contra otras enfermedades que sí son prevalentes en la ciudad.
En ese sentido, y ante el incremento de casos de tosferina, la Organización Panamericana de la Salud ha solicitado a los países, entre ellos Colombia, reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica y llevar a cabo un seguimiento continuo, detallado y segmentado de las coberturas de vacunación, especialmente en la población infantil menor de un año y en niños menores de cinco años.
Entre las semanas epidemiológicas 1 y 18 del año 2025, en Colombia se han confirmado 318 casos de tosferina, incluidos dos fallecimientos. El presente año se perfila como el de mayor número de casos reportados desde 2019, siendo Bogotá una de las regiones con más incidencia, al registrar 149 casos confirmados y dos muertes asociadas.
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Asimismo, las consultas por infecciones respiratorias agudas continúan en aumento, acumulando 842.586 atenciones hasta el 24 de mayo. A esto se suma la preocupación por un posible reingreso del virus del sarampión. Adicionalmente, se ha evidenciado una disminución en la vacunación de menores de cinco años, que pasó de un 31,7 % entre enero y abril de 2024 a un 30,3 % en el mismo periodo de 2025. Este descenso estaría relacionado con factores como el impacto generado por la alerta de fiebre amarilla.
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