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La comunidad del Bajo Calima en zona rural del distrito de Buenaventura permanece confinada por los constantes enfrentamientos entre el ELN y el Clan del Golfo, que se disputan el control territorial de esta zona estratégica del Pacífico colombiano.
Así quedó evidenciado en una visita de la Defensoría del Pueblo junto a representantes de la agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR y la Corte Constitucional a este territorio, donde pudieron constatar que comunidades negras e indígenas permanecen en riesgo, con afectaciones de salud mental, deserción escolar, entre otras situaciones, por la imposibilidad de salir de sus casas.
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Lo que más llama la atención es que estas familias hace aproximadamente un año habían podido regresar a sus territorios, luego de varios meses permanecer desplazadas en el casco urbano de Buenaventura, exactamente por las mismas razones.
La Defensora del Pueblo, Iris Marín, advirtió que uno de estos los grupos armados ilegales se ha aliado con las disidencia de las Farc, al mando de alias 'Iván Mordisco', para lograr el control completo de la zona.
"La persistente presencia y disputa violenta entre el ELN y el Clan del Golfo, que actúa en alianza con el frente 'Jaime Martínez' de las disidencias de Mordisco, ha generado una crisis alarmante que ha afectado la vida, la integridad y la dignidad de más de 4.000 personas en su mayoría pertenecientes al consejo comunitario Bajo Calima y al pueblo Wounaán del resguardo de Santa Rosa de Guayacán", indicó la defensora.
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Las comunidades del Bajo Calima piden respuestas al gobierno nacional teniendo en cuenta que desde el regreso a su territorio, no han recibido apoyo institucional. Aun así, prefieren seguir en sus casas confinados y no volver a estar en condición de desplazados.