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Al tiempo que avanzan los actos para entregar a sus familias los cuerpos de los seis militares muertos tras caer en un campo minado en Valdivia que habría instalado las disidencias de las Farc, la fuerza pública también despliega acciones para garantizar la seguridad de todos los habitantes de esta zona del norte de Antioquia.
El brigadier general Juan Carlos Fajardo, comandante de la Séptima División del Ejército, aseguró que por otras experiencias e información que se ha recibido desde el lugar en el que ocurrió el ataque, es factible que en la zona con artefactos explosivos sea muchos más amplia.
Por esta razón, manifestó, los esfuerzos se concentrarán también en verificar estos riesgos, pues son un peligro latente tanto para las tropas como para la población civil que habita el territorio.
"La información que nos llega posteriormente es que es un campo grande. Nosotros tenemos capacidades, que ya hemos ido experimentando durante esta guerra y vamos a emplearlos para poder en ese punto tratar de limpiarlo de cierta manera para la población", aseguró el alto mando militar.
El alto mando militar itió que en la zona persiste un conflicto histórico entre varios grupos armados por el control del territorio y las economías ilícitas, especialmente la minería.
Tras un consejo de seguridad en el municipio de Caucasia se conoció que la carga explosiva fue detonada desde una escuela rural por lo que el gobernador de Antioquia pidió a organismos internacionales de verificación considerar la acción como una violación al cese al fuego pactado con el denominado Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc.
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