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Amanecemos con una nueva controversia en torno a las afirmaciones de exjefes de las Farc que pidieron a la Comisión de la Verdad que esclarezca supuestas violaciones al Derecho Internacional Humanitario por parte del Estado en la muerte de alias “Alfonso Cano” y del “Mono Jojoy”.
Coincidiendo con el décimo aniversario de la Operación Odiseo, en la que fue abatido Cano, entonces máximo cabecilla de las Farc, sus antiguos compañeros de armas denunciaron que murió en estado de indefensión y desarmado y consideran que por eso, civiles y militares pudieron haber cometido delitos de lesa humanidad.
La petición de varios jefes del partido Comunes, antiguo partido Farc, va más allá, pues le pidieron al padre Francisco De Roux que se esclarezcan supuestos abusos durante las operaciones en las que fueron abatidos otros dos cabecillas, los tristemente recordados “Mono Jojoy” y “Alfonso Cano”.
En la carta, los exintegrantes de las Farc entregan detalles de sus denuncias y mencionan al entonces ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, hoy embajador en Estados Unidos, quien se sumó a la controversia en Twitter al decir: “Gratitud eterna a los hombres y mujeres que hace 10 años en defensa del pueblo colombiano, y con heroísmo arriesgaron su vida para neutralizar a alias Cano, máximo jefe de las Farc, el grupo terrorista más violento en la historia de nuestro país”.
El expresidente Juan Manuel Santos ha dicho que pese a que en ese momento se adelantaban diálogos exploratorios con las Farc, su deber consistía en combatir los grupos al margen de la ley, incluso esa fue una de las banderas de las conversaciones de paz: combatir como si no hubiera negociaciones, hasta tanto hubiera un acuerdo definitivo.
Esta no es la primera polémica que protagonizan las antiguas Farc, hace algunas semanas, la congresista Sandra Ramírez había relativizado el sufrimiento de los secuestrados que mantuvieron en su poder.
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El trasfondo de estas polémicas es que pareciera que los antiguos cabecillas de las Farc no han comprendido el espíritu del acuerdo de paz y así como se apresuran a pedir que se investiguen violaciones a los Derechos Humanos de Alfonso Cano y el Mono Jojoy, deberían reconocer ante la JEP el reclutamiento de más de 18 mil niños y el asesinato de centenares de secuestrados en su poder.
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