Ayer conversé con un amigo que estuvo quejándose todo el tiempo: de lo que es, de lo que hace, de los demás, del país... en resumen, se quejó de la vida. No expresó ninguna idea que manifestara que estuviera contento con algo. Según él, todo está mal y cada vez estará peor, y el camino que ha encontrado para vivirlo es quejarse desde lo más profundo de sus entrañas. No puedo negar que hizo alusiones verdaderas y válidas, pero estas quedaron ensombrecidas por la continua perorata de quejas que expuso.
Creo que en la base de su actitud está la creencia de que merece todo y de que el mundo está en deuda con él. Esto le hace desconocer su responsabilidad en lo que le sucede, pero a la vez se niega la posibilidad de hacer algo para que eso cambie. Espero que esa no sea la actitud predominante en nuestra sociedad. Apoyado en la amistad que nos une desde hace años, le insistí en algunas actitudes que debe tener en cuenta para mejorar su vida, ya que veo que se está llenando de amargura:
- Sé consciente de que se te ha vuelto un hábito: El primer paso es identificar las situaciones o personas que te provocan quejas. Presta atención a tus pensamientos y lenguaje, y registra cada vez que te quejes. Esto te ayudará a tomar conciencia del hábito y comenzar a modificarlo.
- Cuestiona tus quejas: Pregúntate si son realmente útiles o si te están ayudando a resolver el problema. En muchos casos, las quejas solo generan más negatividad y estrés sin aportar soluciones.
- Enfócate en lo que puedes controlar: En lugar de centrarte en lo que no puedes cambiar, dirige tu energía a lo que sí está bajo tu control. Busca soluciones a los problemas, toma acciones concretas para mejorar tu situación y enfócate en los aspectos positivos de tu vida.
- Agradece: La gratitud es una poderosa herramienta para cambiar tu perspectiva. Cada día, dedica un tiempo para reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido, sin importar cuán pequeñas sean. Me miró con extrañeza y calló por un momento. Espero que eso le haya servido para adoptar una actitud más responsable y comprometida.