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La reforma tributaria ya es ley de la República y empezará aplicarse, en buena parte, el primero de enero de 2023. El presidente Gustavo Petro sancionó el proyecto en el Palacio de Nariño y se refirió a temas de coyuntura económica como el precio del dólar.
Sobre esto último, Petro señaló que la aprobación de la reforma y otras medidas, como la reducción del déficit del fondo de estabilización de precios de combustibles y la refinanciación de parte de la deuda, han contribuido a que se estabilice el precio de la divisa.
“Es difícil vaticinar, pero indudablemente en las últimas semanas ha existido estabilidad y tendencia a la revaluación, lo cual significa una percepción diferente en el mercado y en el flujo de los dólares, que son los que al final determinan una tasa de cambio”, dijo el mandatario.
Adicionalmente, reconoció una frustración que le quedó después de la aprobación de la reforma: “Siempre hay temas que no se logran; a mí sí me hubiera gustado el impuesto a altas pensiones, siempre quedará la duda si lo hubiéramos logrado”.
Añadió que solo hasta el próximo año empezará la evaluación de la reforma, “tanto en su gasto como en efectos que pueda producir en la economía nacional, si son los esperados o si son los esperados por la oposición”. “Tengo alta confianza en que son los efectos esperados por nosotros”, indicó.
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Petro anticipó que en febrero se presenta el proyecto de adición presupuestal y allí se “reflejarán los objetivos y las prioridades del Gobierno”: la educación superior, la reforma agraria, la justicia ambiental, protección de la Amazonía y una adecuación del Estado para mejorar las finanzas públicas.
Por último, advirtió que esta vez sí se debe cumplir la promesa de fortalecer la DIAN para enfrentar la elusión y la evasión.
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El dinero obtenido se destinará principalmente, según el presidente Petro, al gasto social, por lo que se priorizará la lucha contra el hambre y la pobreza, la educación, la salud, la protección del medio ambiente, la transición energética, el desarrollo productivo y la economía popular, así como la sostenibilidad de las finanzas públicas.
En las discusiones el Gobierno perdió el pulso en varios asuntos, entre ellos su intención de gravar las pensiones altas, pero logró que se aprobara su propuesta de imponer una sobretasa en el impuesto de renta a las empresas petroleras y carboníferas del 10 % en el primer año, y un impuesto al patrimonio progresivo por cuatro años para rentas altas.
También se aumentó el tributo a alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas -con algunas excepciones- del 10 % en 2023, que aumentará al 20 % para 2025.
La reforma tributaria, que comenzará a regir el año entrante, le permitirá al Gobierno darle más impulso a la implementación del acuerdo de paz firmado por el Gobierno y la desmovilizada guerrilla de las FARC en 2016.
"La reforma agraria para la paz tendrá un salto sustancial el año entrante. La reforma agraria no se hace de la noche a la mañana, pero el cambio sustancial que ha tenido en estos meses es un mensaje a quienes permanecen en la violencia", dijo el presidente.
Petro agregó que el Estado también gana "capacidad para pagar sus compromisos" y que eso se verá reflejado en la tasa de cambio aunque aclaró que "cualquier resfriado la cambia", pero confió en que siga la tendencia a la estabilidad.
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Por otro lado, recalcó que ninguna de las anteriores reformas tributarias han mejorado las circunstancias de la sociedad colombiana.
Tenemos que movernos en un objetivo de justicia social y financiar proyectos que logren este cometido. Estos recursos le generan mayor capacidad al Gobierno para financiar.
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