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El archipiélago griego de las Cícladas, en el mar Egeo, ha sido sacudido por una serie de terremotos que han generado preocupación tanto en la población local como en la comunidad científica. El más reciente, de magnitud 5,3, ocurrió el lunes a las 20:16 GMT, afectando principalmente las islas de Santorini y Amorgos. Este evento sísmico no es un caso aislado, sino parte de una intensa actividad sísmica que comenzó el pasado 24 de enero y que parece estar aumentando en intensidad.
Según datos del Instituto Geodinámico de Atenas, solo durante la noche del lunes al martes se registraron más de 15 temblores con una magnitud superior a 4. Desde el 26 de enero hasta el 8 de febrero, se han producido más de 12.800 temblores en la zona marítima entre Santorini y Amorgos, según el Laboratorio de Sismología de la Universidad de Atenas.
Esta actividad sísmica ha llevado a la evacuación de gran parte de la población y los turistas. Santorini, una isla que normalmente recibe a miles de visitantes cada año, se ha convertido en una "isla fantasma". Solo 4.000 habitantes permanecen en la isla, mientras que la mayoría de los bares, restaurantes y locales turísticos han cerrado sus puertas.
Nikos Mavromatis, un residente de Santorini, relató a la agencia EFE cómo la situación se volvió insostenible: "Los sismos no paraban nunca. Decidimos irnos de Santorini porque las cosas se pusieron muy difíciles, la tierra temblaba a cada rato y los niños estaban asustados".
La actividad sísmica en Santorini está siendo monitoreada de cerca por los expertos. El profesor Konstantinos Sinolakis, especialista en desastres naturales, ha señalado que existen tres escenarios posibles para el desarrollo de esta situación:
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Uno de los aspectos más preocupantes de esta situación es la posible relación entre los terremotos y el volcán de Santorini. Según Sinolakis, "hay que incluir en la ecuación al volcán de Santorini". Desde el verano pasado, el volcán ha mostrado síntomas de actividad, como un desplazamiento de tres centímetros detectado por satélites.
Aunque esto no significa que una erupción sea inminente, el profesor advierte que "el volcán podría estar en una fase de despertar". Esto ha generado preocupación entre los residentes y las autoridades, que ya han tomado medidas preventivas, como el cierre de escuelas en varias islas.
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