¿Qué pasa si no se cumple el juramento que hacen los cardenales durante el cónclave?
Una antigua promesa en latín protege el secreto de una de las ceremonias más importantes de la Iglesia católica. Su incumplimiento puede tener consecuencias extremas.
La elección del nuevo papa es uno de los actos más solemnes y reservados del Vaticano. Este proceso, conocido como cónclave, reúne a los cardenales de todo el mundo en un evento cargado de simbolismo, tradición y confidencialidad.
Antes de emitir sus votos, cada uno de los 133 cardenales electores debe hacer un juramento sagrado que establece reglas claras e inquebrantables.
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Este juramento, que se pronuncia en latín ante los Evangelios, no solo refuerza el carácter secreto del proceso, sino que también compromete moral y espiritualmente a quienes participan. El objetivo es claro: proteger la integridad de la elección del nuevo sumo pontífice y evitar cualquier filtración o interferencia externa.
Así es el juramento que pronuncian los cardenales
El compromiso es tajante. Los cardenales prometen guardar secreto absoluto “acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las votaciones y a los escrutinios”.
Los 133 cardenales electores debe hacer un juramento sagrado que establece reglas claras e inquebrantables.
Foto: AFP
El documento también prohíbe el uso de cualquier dispositivo de grabación o comunicación durante el proceso. "Yo... prometo y juro observar el secreto absoluto con quien no forme parte del Colegio de los Cardenales electores, y esto perpetuamente, a menos que reciba especiales facultades dadas expresamente por el nuevo pontífice elegido o por sus sucesores, acerca de todo lo que atañe directa o indirectamente a las votaciones y a los escrutinios para la elección del sumo pontífice.
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Prometo igualmente y juro que me abstendré de hacer uso de cualquier instrumento de grabación, audición o visión de cuanto, durante el período de la elección, se desarrolla dentro del ámbito de la Ciudad del Vaticano, y particularmente de lo que directa o indirectamente de algún modo tiene que ver con las operaciones relacionadas con la elección misma.
Declaro emitir este juramento consciente de que una infracción del mismo comportaría para mí la pena de excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica".
Juramento de los cardenales durante el cónclave.
Foto: AFP
¿Qué pasa si un cardenal incumple el juramento?
El incumplimiento de este juramento no solo es una falta grave: conlleva consecuencias inmediatas y definitivas. La persona que viole el secreto del cónclave es automáticamente excomulgada (latae sententiae), una sanción espiritual que impide recibir los sacramentos o participar en la vida eclesial.
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Esta pena está estipulada en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, emitida por Juan Pablo II y actualizada posteriormente. Además de la excomunión, el infractor puede ser destituido de su cargo y quedar vetado de futuras responsabilidades dentro de la Iglesia.
No solo los cardenales deben comprometerse. Al menos 50 colaboradores, entre los que se incluyen médicos, monjas, técnicos, conductores y personal de limpieza, también deben realizar el mismo juramento de confidencialidad. El Vaticano toma medidas extraordinarias para asegurar la privacidad, como bloquear señales de comunicación e instalar inhibidores en la Capilla Sixtina.
Más allá de la ceremonia, el juramento refleja un principio esencial para la Iglesia: preservar la libertad del Espíritu Santo en la elección del nuevo papa. Romper ese pacto no solo implica desobediencia, sino una traición al corazón del catolicismo.