Exjefe de la CIA dice cuál sería el primer país europeo que Rusia atacaría luego de Ucrania
Rusia aún mantiene la ambición de derrocar al presidente ucraniano Volodímir Zelenski e instalar un gobierno propioa. De lograrlo, el siguiente paso lógico sería consolidar su influencia en el Báltico.
Imagen ilustrativa del poder militar de Rusia contra Europa
La guerra en Ucrania ha marcado un antes y un después en el equilibrio de poder en Europa del Este. Mientras el conflicto continúa sin una resolución clara, expertos militares y analistas geopolíticos han comenzado a señalar posibles escenarios futuros que podrían alterar aún más la estabilidad del continente. Uno de los nombres que ha resonado con fuerza en estas proyecciones es Lituania. ¿Podría este país báltico convertirse en el próximo foco de tensión con Rusia?
David Petraeus y su advertencia: ¿qué nos dice la experiencia?
El general retirado David Petraeus, exdirector de la CIA y figura influyente en la estrategia militar estadounidense, advirtió recientemente sobre un escenario preocupante: una vez que Rusia logre sus objetivos en Ucrania —si es que lo consigue— podría dirigir su mirada hacia los Estados bálticos. En particular, Petraeus señala a Lituania como un blanco potencial, debido a su importancia estratégica y sus antecedentes históricos con Moscú.
Según Petraeus, Rusia aún mantiene la ambición de derrocar al presidente ucraniano Volodímir Zelenski e instalar un gobierno títere. De lograrlo, el siguiente paso lógico sería consolidar su influencia en el Báltico, una región que considera parte de su esfera de influencia histórica. En este contexto, Lituania se convierte en una pieza clave del tablero geopolítico.
David Petraeus, general retirado del Ejército de EE. UU., llega a la Conferencia Allen & Company Sun Valley el 9 de julio de 2024 en Sun Valley, Idaho. El encuentro anual organizado por la firma de inversiones Allen & Co. reúne a las figuras más ricas y poderosas del mundo de los medios de comunicación, las finanzas, la tecnología y la política en el Sun Valley Resort para una exclusiva conferencia de una semana de duración.
AFP
¿Dónde queda Lituania?
Aunque Lituania no comparte frontera directa con la Rusia continental, sí lo hace a través del enclave de Kaliningrado. Esta región, altamente militarizada, es un vestigio de la era soviética y un punto crucial para el ruso al mar Báltico. A su vez, Lituania comparte frontera con Polonia, lo que la convierte en un puente terrestre entre Rusia y el resto de Europa, y en un objetivo geopolítico de alto valor.
Kaliningrado ha sido escenario de un creciente despliegue militar ruso en los últimos años, lo que ha generado inquietud entre los países vecinos y ha provocado ejercicios militares de la OTAN en la región. La posibilidad de que Rusia utilice Kaliningrado como base para presionar o incluso intervenir en Lituania no es una idea descabellada, especialmente si se tiene en cuenta la política exterior cada vez más agresiva del Kremlin.
La OTAN y el escudo de disuasión: ¿Es suficiente?
Lituania es miembro pleno de la OTAN desde 2004. Esto significa que, en caso de agresión militar, cuenta con la protección del artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, que establece que un ataque contra uno de sus será considerado como un ataque contra todos. Sin embargo, la eficacia real de esta protección ha sido cuestionada tras la invasión de Ucrania, país que no es miembro de la alianza pero que recibió apoyo occidental limitado en términos de acción directa.
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El debate actual gira en torno a si la OTAN está preparada para responder rápida y efectivamente a una posible agresión rusa en los países bálticos. La presencia militar en estos territorios ha aumentado, pero los analistas advierten que la velocidad de una operación sorpresa podría superar la capacidad de respuesta inmediata de la alianza.
El futuro de Europa del Este se está escribiendo en tiempo real, y Lituania podría ser una de las próximas piezas en este complejo tablero geopolítico. Las advertencias de figuras como David Petraeus no deben ser ignoradas. La comunidad internacional necesita actuar de manera proactiva, fortaleciendo no solo las defensas físicas de los países bálticos, sino también su resistencia política, económica y cibernética frente a posibles agresiones híbridas de Rusia.
En un mundo interconectado, lo que ocurra en Lituania no será solo una preocupación local, sino una señal más del rumbo que puede tomar la política internacional en los próximos años. La vigilancia, la preparación y la unidad transatlántica serán claves para preservar la paz y la estabilidad en una región históricamente marcada por la tensión.