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En una entrevista con Mañanas Blu, con Néstor Morales, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, explicó las razones detrás de la decisión de subir elprecio del AM, el impacto económico que se espera y las complicaciones que han surgido en las negociaciones con los transportadores de carga.
Según lo expuesto por Bonilla, el incremento total en el precio del AM será de $6000, distribuido en tres ajustes de $2000 cada uno. Estos incrementos se aplicarán semestralmente, comenzando en el transcurso de este año y extendiéndose hasta finales de 2025.
“El primer aumento sería este año, seguido de otro a mediados del próximo año y el último al final de 2025”, afirmó Bonilla, quien también subrayó que esta decisión se tomó debido a la imposibilidad de aplicar ajustes mensuales, como se hace con la gasolina, ya que los transportadores no podrían absorber el impacto en los fletes.
El ministro Bonilla fue claro al señalar que el aumento en el precio del AM repercutirá en toda la cadena productiva, ya que el 97% de la carga en Colombia se moviliza por carretera.
El impacto que nosotros tenemos calculado en la inflación es de 1.4% al final del año y medio de reajustes
Este aumento en la inflación afectará no solo a los alimentos, sino a todos los productos que dependen del transporte terrestre, lo que representa un golpe significativo para la economía del país.
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Este ajuste también busca aliviar la carga fiscal del Gobierno, que ha enfrentado un déficit considerable debido al subsidio de los combustibles. Bonilla explicó que, en 2022, el subsidio representó 37 billones de pesos, mientras que en 2023 fue de 20 billones. Este año, con el aumento en el precio de la gasolina, se espera cerrar con un déficit de 12 billones de pesos.
“Cada ajuste en el precio del AM ayudará a reducir entre 2 y 3 billones de pesos en déficit”, mencionó el ministro.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno, las negociaciones con los transportadores de carga fracasaron, lo que ha generado un clima de tensión y descontento.
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Según Bonilla, el principal punto de discordia fue la fórmula para el incremento del diésel. Mientras que los transportadores preferían un ajuste en pesos, el gobierno se inclinó por una fórmula basada en dólares, lo que no fue aceptado por el sector.
Bonilla explicó que los transportadores buscaban que Ecopetrol vendiera el petróleo para el mercado interno a un precio diferente al de exportación, lo cual fue rechazado por la empresa estatal debido al costo de oportunidad que esto representaría.
“Ecopetrol vende la gasolina en el mercado colombiano a precios internacionales. No podemos venderla más barata internamente porque eso implicaría un desabastecimiento”, explicó Bonilla.
Uno de los temas más discutidos durante la entrevista fue el concepto de subsidio en los combustibles. Según Bonilla, el subsidio es la diferencia entre el precio interno al que se vende el combustible y el precio internacional. Sin embargo, aclaró que este subsidio es necesario para mantener la estabilidad económica, ya que vender el petróleo internamente a un precio más bajo no sería viable para Ecopetrol, que también exporta el producto.
“Cada galón de diésel vendido en el mercado genera alrededor de $6000 para Ecopetrol, pero ese precio incluye gastos de comercialización e impuestos internos”, detalló el ministro.
Bonilla también hizo referencia a un fenómeno psicológico que afecta la percepción de los consumidores ante los aumentos en el precio de los combustibles. Según el ministro, hace más de 30 años, cuando el precio de los combustibles solo se ajustaba una vez al año, se generaba un incremento “imaginario” en todos los precios debido al temor de la inflación.
“Ese efecto desapareció cuando se decidieron ajustes mensuales, pero ha vuelto a aparecer desde que se congelaron los precios en enero de 2020”, afirmó Bonilla.
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