El empate 2-2 entre Once Caldas y Millonarios, disputado el domingo 5 de mayo en el estadio Palogrande de Manizales, quedó opacado por una serie de incidentes violentos que involucraron a hinchas, jugadores y de la fuerza pública. El más grave de ellos habría sido la presunta agresión por parte de un policía al arquero de Millonarios, Álvaro Montero.
Los hechos ocurrieron al término del partido, cuando el guardameta se dirigía al camerino y fue impactado por objetos lanzados desde la tribuna occidental. Según testigos y medios locales, mientras intentaba retirarse, un uniformado lo empujó, lo que generó la intervención inmediata del técnico embajador, David González.
“Yo me meto y le digo que no puede tratar así a un jugador, que puede hacer las cosas de otra manera”, declaró González a los medios, asegurando que su única intención fue calmar la situación. Sin embargo, el ambiente se tornó aún más tenso, y los ataques desde la tribuna continuaron incluso después de finalizado el compromiso.
La violencia no se limitó a los exteriores del campo. Según González, el vestuario visitante, ubicado junto a una pared que colinda con la calle, también fue blanco de agresiones desde el exterior. “Nos tiraron de todo. Tuvimos que encerrarnos para evitar un accidente”, relató el técnico, evidenciando el nivel de inseguridad vivido por el equipo.
La situación se agravó cuando circularon versiones en redes sociales que sugerían que Montero había agredido al policía, lo cual fue desmentido tajantemente por González.
Estoy ahí parado con él. Es el policía el que lo trata como a un delincuente. En ningún video se ve que Álvaro haya hecho algo
dijo el estratega paisa
Como señal de protesta o testimonio, Montero compartió una imagen en redes sociales mostrando su camiseta, sus guantes y varias monedas, que presuntamente, le fueron arrojadas desde las gradas mientras salía del campo.
El incidente ha generado una ola de reacciones tanto en redes sociales como en el entorno deportivo. La Policía Nacional en Manizales aún no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre los hechos, mientras que Millonarios tampoco ha confirmado si emprenderá acciones legales ante la Federación Colombiana de Fútbol.
El lamentable episodio desvió por completo la atención del desarrollo deportivo del partido, que tuvo momentos de alto nivel y emociones intensas hasta el último minuto. Sin embargo, lo que debía ser una jornada futbolística terminó empañada por la violencia y la falta de garantías para los jugadores visitantes.