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Los colores, según la psicología, pueden definir muchas cosas, estados de ánimo, gustos, etc. en Año Nuevo es muy común el uso de ciertos colores que para muchas personas atraen diferentes cosas, como salud, amor, dinero, etc.
Una de las costumbres más significativas es la selección de los colores con los que las personas suelen vestirse, especialmente en la última noche del año. En estas festividades, cada color escogido trasciende lo meramente estético, cargándose de un simbolismo especial para atraer energías positivas en el año venidero.
Seleccionar un color para vestir se ha convertido en un ritual lleno de intención, destinado a atraer buena fortuna y alcanzar los objetivos personales de cada quien. Esta práctica ha ganado relevancia en las celebraciones de fin de año, especialmente en la noche del 31 de diciembre.
En el campo de la psicología del color, el amarillo está vinculado al sol, la luminosidad y la vitalidad, lo que lo transforma en un tono que inspira entusiasmo y energía positiva. Al iniciar un nuevo ciclo, las personas anhelan una energía revitalizante que les ayude a afrontar los retos del año con optimismo y una mentalidad proactiva.
Por otro lado, el rojo desde la psicología, se asocia con el calor, la pasión y la vitalidad. Además, está ligado a las emociones afectivas y al amor.
De igual manera, suele relacionarse con la prosperidad, el poder, la energía, el dinamismo, la buena salud, la felicidad y un carácter extrovertido.
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