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Los boyacenses también tienen unas palabras coloquiales que son muy características entre ellos dentro de su cotidianidad y, por eso mismo, son desconocidas en otras regiones del país. Este es el caso de "turmas", que es un término extraño en las ciudades de Bogotá y Medellín.
Esta palabra suele utilizarse especialmente entre charlas de amigos o cuando están realizando negocios en los que se vincula a ganado.
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la turma hace referencia a testículos tanto de los animales como de los hombres. Por eso, lo define de la siguiente manera en su página web:
En ese sentido, los boyacenses emplean esta palabra en su cotidianidad en diferentes contextos, que pueden incluir conversaciones cómicas o más serias con esta parte del cuerpo.
En estas ciudades principales del país, no se dice o escribe esta palabra, por lo que se emplean otros sinónimos para referirse a esta parte del cuerpo. Es decir, se podría escuchar a las personas referirse con "criadilla", "testículos", "huevo" o "pelota".
La palabra "turma" tiene un origen fascinante y complejo. Actualmente, se utiliza para referirse a los testículos, especialmente de los animales, y también a la criadilla de tierra. Sin embargo, su significado original es muy diferente.
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La forma vulgar latina "turma" se cree que proviene de la síncopa y metátesis de "tumera", que significa protuberancia o hinchazón. Esta etimología es interesante, ya que coincide con el vocablo clásico latino "turma", aunque con un significado completamente diferente.
En latín, "turma" era un término técnico utilizado en el Ejército para designar una unidad de caballería compuesta por treinta jinetes y sus oficiales. Esta unidad era la décima parte de un ala, que era una unidad de caballería de 300 jinetes.
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