El espectacular pueblo colombiano que combina río, mar y montaña: es ideal para ecoturismo

En el Caribe colombiano, existe un destino donde la majestuosidad de la Sierra Nevada de Santa Marta se une con el mar Caribe y varios ríos cristalinos para crear un escenario inigualable, y no, no es Santa Marta; este lugar es Palomino.Este pueblo, que ofrece una experiencia única para los amantes del ecoturismo y una combinación de montaña, playa y río, lo convierte en el lugar ideal para quienes buscan una inmersión profunda en la naturaleza.Dónde queda Palomino, La GuajiraPalomino está situado a una hora de Riohacha, capital de La Guajira, en el norte de Colombia, y se encuentra en la costa Caribe, cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta. La mezcla de montañas y ríos, como el Palomino, San Salvador y Don Diego, hace que este pueblo sea un punto de encuentro entre el agua dulce y el océano, un espectáculo que se puede apreciar al llegar a la desembocadura del río Palomino en el Atlántico.Qué hacer en PalominoUna de las experiencias más recomendadas es el tubing, donde los turistas se deslizan por el río en neumáticos inflables, dejándose llevar por la corriente mientras disfrutan del paisaje, y culmina en la desembocadura del río, donde las aguas dulces se mezclan con las saladas del mar Caribe.Para quienes buscan una dosis de adrenalina, las playas de Palomino son también ideales para practicar surf y bodyboard. Aunque las olas no son extremadamente grandes, son perfectas para quienes quieren aprender o perfeccionar sus habilidades en estos deportes. A solo unos kilómetros de distancia, los viajeros pueden visitar el Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos, una reserva natural en la que se pueden avistar flamencos rosados y otras aves exóticas. Este santuario, que incluye manglares y ciénagas, ofrece una opción más para los amantes del ecoturismo, que deseen explorar aún más la riqueza natural de la región.Palomino no solo ofrece una experiencia activa para los aventureros, sino que también es un lugar perfecto para el descanso. Los visitantes pueden disfrutar de kilómetros de playas solitarias, hospedarse en ecolodges y degustar la gastronomía local, que mezcla sabores tradicionales con influencias internacionales.