
El ritual en Quindío que no debe perderse: así es sembrar una palma de cera
Más de 15.000 personas han participado en esta actividad que ha enamorado a muchos viajeros.

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En entrevista con el programa El Radar de Blu Radio, Juanita Jaramillo, coordinadora de experiencias de naturaleza de Bosques de Cocora.
Ella explicó en qué consiste una de las actividades turísticas que se realiza en el Valle de Cocora, en el departamento del Quindío: el ritual de siembra de la palma de cera, árbol nacional de Colombia.
Jaramillo indicó que esta práctica se lleva a cabo desde hace más de 20 años y que busca ir más allá de la fotografía en el paisaje. “No solamente de pronto es ir al Valle de Cocora a tomarse una foto, sino saber realmente que es la cuna de nuestro árbol nacional”, señaló.
La experiencia consiste en una caminata de una hora y media guiada por habitantes de la zona, quienes explican el hábitat de la palma de cera y otras especies presentes en el ecosistema.
El recorrido inicia con el acompañamiento de un guía local, nacido en Salento, quien conduce al grupo a través de un bosque de niebla que desemboca en un río de aguas cristalinas, proveniente del Parque Nacional Natural Los Nevados.
Allí se realiza el ritual de siembra en una reserva natural destinada exclusivamente a este fin. Más de 15.000 personas han participado de esta actividad, en la que incluso se permite bautizar la palma sembrada con un nombre significativo.
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“Se hace en representación de una experiencia o una persona. Tenemos que aclarar que no somos camposanto ni sembramos cenizas”, aclaró la entrevistada.
Jaramillo destacó que esta iniciativa también ha generado oportunidades para la comunidad local. Guías pertenecientes a asociaciones del Valle de Cocora se han vinculado al turismo de conservación, además de realizar caminatas y cabalgatas.
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“Esto les ha permitido participar de este turismo y vincularlos a un turismo comunitario”, señaló.
Algunos de los guías están en proceso de formación en idiomas, como inglés, para atender a visitantes internacionales.
Uno de ellos ya realiza el ritual en inglés, lo cual, según Jaramillo, es un valor agregado para el turismo extranjero.
Frente al avance del turismo de conservación en la región, Jaramillo explicó que han tratado de mantener la integridad del paisaje y evitar que se convierta en un sitio exclusivamente fotográfico.
“Hemos tratado de conservar el entorno natural con las diferentes tonalidades de verdes que hay en el Valle de Cocora”, dijo.
Además, se han implementado prácticas como el uso de compostaje para alimentar una huerta orgánica, con el fin de avanzar hacia un modelo sostenible.
Esta propuesta busca integrar el turismo con la conservación ambiental y la participación activa de la comunidad, enfocándose en el cuidado del entorno y el fortalecimiento de las economías locales.