
Así se puede recuperar oro de placas de computadores, investigadores lo explicaron
Investigadores lograron recuperar una pepita de oro de 22 quilates que pesaba 450 miligramos de estos electrodomésticos.

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Investigadores de ETH Zurich han desarrollado un innovador método para extraer metales preciosos, específicamente oro, de los desechos electrónicos, utilizando subproductos de la industria alimentaria.
Este avance no solo aborda el problema de los residuos electrónicos, sino que también presenta una alternativa sostenible y rentable.
El proceso se basa en la creación de esponjas a partir de fibrillas proteicas obtenidas de subproductos lácteos, como los residuos de la elaboración del queso. Estas esponjas tienen la capacidad de atraer iones de oro cuando se sumergen en una solución de metales extraídos de placas base de ordenadores antiguos.
De 20 placas base de ordenador antiguas, los investigadores recuperaron una pepita de oro de 22 quilates que pesaba 450 miligramos
Las partes metálicas de los desechos electrónicos, como las placas base de computadoras, se disuelven e ionizan. La esponja se coloca en la solución resultante, donde atrae los iones de oro. Finalmente, la esponja se calienta, reduciendo los iones de oro a escamas que se funden en una pequeña pepita.
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Esto destaca el potencial de este método para convertir los desechos electrónicos en una valiosa fuente de metales preciosos.
Los teléfonos móviles, computadoras y tabletas, son verdaderos tesoros tecnológicos. Estos dispositivos contienen pequeñas cantidades de oro, a menudo de 22 o incluso 24 quilates, debido a su alta conductividad y resistencia a la corrosión.
Aunque las cantidades por dispositivo son mínimas, el reciclaje industrial de miles de unidades puede generar cantidades sorprendentes de oro. De hecho, una tonelada de teléfonos móviles desechados puede rendir más oro que la misma cantidad de mineral extraído de una mina.
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Este método no solo ofrece una forma de extraer oro de manera eficiente y económica, con un retorno de hasta 50 dólares por cada dólar invertido, sino que también es ambientalmente sostenible.
Al utilizar subproductos de la industria alimentaria, se reduce el impacto ambiental y se promueve una economía circular. El uso de esponjas de fibrillas proteicas como método de extracción se presenta como una alternativa más sostenible a los procesos tradicionales, consolidando un enfoque que es a la vez económico y ecológico.