
Quiso un retoque de labios y el resultado la dejó decepcionada: “Iba a explotar”
Todo se convirtió en un drama médico que la dejó con secuelas físicas y emocionales.

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Mariana Michelini, una exmodelo brasileña de 35 años, buscaba mejorar su apariencia con un procedimiento estético en los labios, pero terminó viviendo una pesadilla que cambió su vida para siempre. Lo que comenzó como un simple deseo de "armonización facial", un tratamiento que busca dar volumen y suavizar líneas de expresión, se convirtió en un drama médico que la dejó con secuelas físicas y emocionales.
En 2020, Mariana acudió a una dentista en la ciudad de Matao, en San Pablo, para realizarse un tratamiento con ácido hialurónico, una sustancia común en este tipo de procedimientos. Sin embargo, en lugar de aplicar el producto acordado, la profesional le inyectó polimetilmetacrilato (PMMA), un material no reabsorbible que puede causar graves complicaciones.
Al principio, todo parecía normal. Pero seis meses después, Mariana despertó con su rostro completamente hinchado, enrojecido y con un dolor intenso. “Me desperté con la boca completamente hinchada, con la barbilla hinchada, desesperada (...) sentía que mi boca iba a explotar”, relató la mujer en una entrevista con el portal brasileño G1.
Rápidamente, acudió a un médico, quien intentó revertir el efecto inyectándole una enzima que suele utilizarse para degradar el ácido hialurónico. Sin embargo, no hubo resultados. Fue entonces cuando descubrieron que el producto utilizado no era el acordado, sino PMMA, un material que no puede ser eliminado fácilmente del cuerpo.
“Estaba desesperada, pensé que iba a morir”, confesó Mariana al recordar el momento en que supo la verdad. A partir de ahí, comenzó un calvario de tratamientos fallidos. Los médicos probaron con corticoides, antiinflamatorios y antibióticos, pero la inflamación no cedía y su estado empeoraba día a día.
Finalmente, los especialistas decidieron extirparle gran parte del labio superior e inferior. La cirugía dejó a Mariana con cicatrices visibles y una apertura bucal completamente distinta a la que tenía antes del procedimiento. Las secuelas no solo fueron físicas, sino también emocionales. “Esto me afectó mucho psicológicamente”, itió.
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