Tradicionalmente, el vending se asocia con la venta de bebidas, snacks o café, pero ha evolucionado hacia una oferta mucho más amplia: desde artículos tecnológicos y productos de farmacia hasta comida saludable, incluso productos de maquillaje y cabello.
En Colombia, el mercado del vending ha crecido significativamente, impulsado por la digitalización, el emprendimiento y el interés de las empresas por automatizar servicios. Universidades, hospitales, empresas y centros comerciales están integrando estas máquinas como parte de su oferta al público o a sus empleados.
Comprar sin hacer filas, sin depender de horarios y sin interacción con personal ya no es una visión futurista. El vending, está modificando la manera en que la población accede a productos en su rutina diaria.
Este formato, que fusiona la automatización, el autoservicio y la comodidad, está teniendo un crecimiento acelerado en el país. De acuerdo con datos de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, el sector de vending en América Latina creció un 22 % en 2023. En Colombia, ese crecimiento es aún más dinámico, con un ritmo estimado del 30 % anual y con proyecciones favorables para los próximos cinco años. Factores como la urbanización, el auge del comercio digital y los cambios en los hábitos de consumo están impulsando esta evolución.
¿En qué consiste exactamente el vending y por qué está ganando tanto protagonismo?
Se trata de un sistema de compra a través de dispositivos automáticos que no requieren intervención directa de personal. Estas máquinas pueden ser gestionadas a distancia, lo que permite reducir costos operativos y ampliar la cobertura de marcas y empresas sin necesidad de abrir puntos físicos tradicionales.
Diversas compañías, tanto grandes multinacionales como emprendimientos emergentes, están incorporando este modelo como un canal de distribución práctico y eficiente. Negocios de cosmética natural, por ejemplo, han comenzado a utilizar estas plataformas para ampliar su presencia. Uno de los grandes beneficios de este sistema es su disponibilidad continua: permite adquirir un producto en cuestión de segundos, a cualquier hora y en lugares de alto flujo, donde generalmente no existen tiendas físicas.
Otro elemento que impulsa su adopción es la sostenibilidad. Muchas marcas aprovechan este canal para ofrecer productos con empaques ecológicos, como materiales biodegradables o reutilizables, reduciendo el uso de bolsas o impresos. El creciente interés por el consumo responsable también está jugando un papel clave: el 70 % de los consumidores en Colombia manifiesta preferencia por opciones más sostenibles, lo que refuerza la necesidad de transformar los esquemas de distribución convencionales.
El desarrollo del vending también va de la mano con la digitalización. Muchas máquinas están conectadas a internet, aceptan pagos electrónicos mediante tarjetas o códigos QR, e incluso brindan experiencias más interactivas con pantallas que sugieren productos o personalizan las opciones de compra. En áreas urbanas, este modelo se está consolidando como parte habitual del entorno comercial.
Es por eso que cada vez más empresarios colombianos están adoptando esta modalidad de venta, como es el caso de la empresaria Luisa Chimá, fundadora de D’Luchi, Kaba y La Receta. Su incursión en el vending como canal de venta para el sector de la belleza ha sido pionera. “Se está construyendo una nueva forma de comprar: más directa, más conveniente y alineada con los estilos de vida actuales. Este modelo nos permite estar cerca del consumidor justo en el momento y lugar en que lo necesita”, señaló Chimá a Blu radio. Su enfoque, basado en la innovación y el consumo consciente, ejemplifica cómo esta modalidad no solo cambia la logística de venta, sino también el vínculo entre las marcas y sus audiencias.