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El mundo está en constante cambio, y las generaciones evolucionan en ciclos de aproximadamente 15 a 20 años, compartiendo características culturales, sociales, económicas y tecnológicas propias de su época.
Por ejemplo, los millennials (o generación Y) son las personas nacidas entre 1980 y 1995, quienes hoy día ya tienen entre 45 a 30 años y son conocidos por ser los que crecieron con el auge de la tecnología, la globalización y el internet.
Con la llegada del año 2025, se cerró el ciclo de la generación Alpha (2010-2024), formada principalmente por los hijos de los millennials. A partir de 2025, los nacidos en este año pasan a formar parte de la denominada generación Beta.
Los Alpha son la primera generación en nacer en un mundo 100 % digital. Según Ruth Stanat fundadora de SIS International Research, la firma global en investigación de mercado, son más de 2.000lmillones de personas la que entraron a esa generación.
La Generación Alfa será la generación con mayor tecnología de la historia. Crecerán con dispositivos móviles, inteligencia artificial, redes sociales y robótica. También tendrán una mejor atención sanitaria. Además, la Generación Alfa tiene el honor de ser la generación más rica de todos los tiempos. Como resultado, es posible que puedan gastar más en artículos discrecionales que las generaciones anteriores. También tendrán la esperanza de vida más larga y serán el grupo más informado hasta el momento
Stanat recalca que estos niños nacieron íntegramente en el siglo XXI. Por tanto, están influyendo en las decisiones de compra de sus familias millennials. También son los primeros en adoptar la tecnología.
"No sólo eso, sino que serán la generación más grande del mundo. Están surgiendo en un momento en que el mundo está en transición hacia el siglo asiático. Asia tendrá la clase media más numerosa cuando la Generación Alfa más joven madure (a mediados de la década de 2030)", señaló.
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Así como se proyecta una generación sumamente importante para el mundo, la generación Alfa también tiene retos, o más bien sus padres, los millennials.
Al haber crecido en un entorno completamente digital, está inevitablemente influenciada por la omnipresencia de los dispositivos móviles y las redes sociales en su desarrollo y maduración.
Esta realidad ha generado preocupación sobre los posibles efectos negativos en su desarrollo mental, emocional y conductual. Existe incluso el temor de que puedan desarrollar una dependencia o, en casos extremos, una adicción a la tecnología y las redes sociales.
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Según la agencia McCrindle, estudios sugieren que los Alfas, acostumbrados a consumir contenido breve y llamativo en múltiples pantallas, presentan dificultades para mantener la atención prolongada y muestran desinterés por actividades que no involucren dispositivos tecnológicos.
Aunque aún es temprano para sacar conclusiones definitivas sobre el bienestar mental y social de la Generación Alfa (pues muchos de ellos son todavía muy pequeños), ya se han identificado señales de alerta. Los niños nacidos durante o cerca de la pandemia de COVID-19, por ejemplo, muestran retrasos en su desarrollo social y emocional. Esto se debe, en gran medida, al impacto de los confinamientos, que limitaron la interacción social en sus primeros años de vida (etapa clave para desarrollar habilidades sociales y emocionales) y aumentaron el tiempo frente a las pantallas
Con la llegada de una nueva generación que es la Beta, el reto es mayor. La hiperconectividad a través de la tecnología seguirá aumentando y con ella nuevas formas del comportamiento humano.
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