Un adulto mayor de 102 años superó el COVID-19 en Florencia

El COVID-19 no pudo contra un abuelo de 102 años que padece cáncer y vive en Florencia, Caquetá. Estuvo varios días hospitalizado, pero ya puede respirar por su cuenta y hasta canta.Con felicidad y esperanza, la familia de Agustín Dussan Saavedra recibió la noticia de que el adulto mayor de la casa había despertado de su coma, luego de varios días de luchar contra el coronavirus en la sala de cuidados intensivos del Hospital Comunal Malvinas.Don Agustín presentó dificultades de salud por enfermedad renal y problemas de corazón que, se sabe, padece hace algunos meses. Por precaución, le practicaron la prueba COVID-19 y arrojó resultado positivo. Ante esta situación, sus hijos le entregaron a Dios la salud de Agustín y pensaron que sería la última vez que lo verían.Este jueves, después de cinco días de estar hospitalizado y luego de practicarle unos exámenes, superó el coronavirus y le darán la salida porque es asintomático.“Mi papá presentó una tos el viernes en la noche y siempre tratamos de hacer el manejo médico en la casa. El domingo registró taponamiento de orina, por lo cual mi mamá decidió traerlo al hospital Malvinas por descongestión. Fue ingresado y, por su dificultad respiratoria, decidieron dejarlo. Estuvo muy malo y el lunes todo el día muy enfermo, le tomaron la prueba particular y el martes nos entregaron el resultado y mi papá fue positivo para COVID", dijo a Lente Regional, Maritiza Dussan, hija del protagonista de esta historia de vida.Su recuperación ha sido milagrosa, la familia agradece a Dios y espera tener pronto al hombre de los 102 años en casa .“Con gran sorpresa ese día se despertó y horas después de darle el tratamiento le contamos que había dado positivo para COVID. Se sentó con todas las fuerzas y dijo unas palabras. Desde ese día canta, le retiraron el oxígeno, el médico nos dice que estamos muy bien y están pendiente de unos exámenes”, indicó Dussan.La familia le tiene preparada una calurosa bienvenida en su casa del Juan XXIII.