El presunto no pago de la denominda 'vacuna' le habría costado la vida al comerciante antioqueño Jorge Orlando Ramírez Aristizábal, de 47 años de edad, quien fue asesinado a bala el pasado jueves en horas de la tarde en el barrio Bellavista de Malambo, Atlántico.
Al menos esa es la línea investigativa que maneja, por el momento, la Policía Metropolitana de Barranquilla, quienes revelaron en las últimas horas que Ramírez Aristizábal presentaba una anotación judicial por el delito de fabricación, tráfico y/o porte de armas de fuego.
El hombre de 47 años, quien era propietario de un establecimiento comercial ubicado en el municipio de Soledad, Atlántico, se encontraba en ese momento ayudándole a uno de sus hermanos con su negocio cuando, de repente, fue abordado por sujetos en motocicleta que abrieron fuego contra él y se dieron a la huida con rumbo desconocido.
Orlando Jiménez, presidente de Undeco en el Atlántico, se refirió al panorama de extorsión en el Atlántico y aseguró que aunque no se han registrado cierres definitivos desde 2023, los comerciantes estarían optando por ejecutar cierres temporales para evitar la presión de los extorsionistas.
Dichos cierres, según explicó Jiménez, se estarían dando en un intérvalo de tiempo que oscilaría entre los cinco a ocho días, lo que estaría representando una baja en materia de ventas para los propietarios de negocios a quienes, inclusive, les toma casi 30 días poder recuperar lo que se dejó de comercializar.
"Por miedo cierra, pero, lo que ocurrió entre 2021o 2022 es diferente porque los cierres se dieron de manera definitiva, pues los propietarios no volvieron a abrir sus negocios. Ahora los cierres se están dando hasta por ocho días, pero el Gaula de la Policía los acompaña entonces vuleve y abren. El cierre de un negocio, aún cuando pueda que recuperen las ventas, tienen que hacer un trabajo para recuperar también a los clientes porque quizá se fueron a otros establecimientos a comprar sus productos", explicó en BLU Radio.
Como se recordará, alrededor de 500 establecimientos de comercio entre tiendas, panaderías, peluquerías, ferreterías, entre otros, han bajado esteras por el flagelo de la extorsión, en su mayoría, ubicados entre Barranquilla, Soledad y Malambo.
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