Reforzar los controles sobre los eventos privados que se están organizando en Puerto Colombia, sobre todo aquellos que se realizan sin la expedición de permisos o registro oficiales, es una de las medidas que están tomando las autoridades en este municipio costero del Atlántico tras la matanza registrada el pasado lunes festivo durante una rumba electrónica, donde tres personas fueron asesinadas y otras nueve resultaron heridas.
Saúl Leyva, secretario de Gobierno de Puerto Colombia, detalló que durante un consejo extraordinario de seguridad acordaron utilizar drones para vigilar desde el aire las cabañas y zonas donde se realizan estas rumbas a escondidas, mientras personal de Inteligencia de la Policía se enfocará en rastrear por internet las convocatorias de este tipo de fiestas, que suelen promocionarse en redes sociales.
Esto último, según indicó el funcionario, es una de las medidas clave tomadas en el municipio, teniendo en cuenta que para el próximo 14 de junio se estaba convocando un evento similar al del pasado fin de semana, por parte de los mismos organizadores de la fiesta en la que ocurrió la balacera.
"Estamos con un equipo de inteligencia haciéndole seguimiento a cada una de las redes sociales donde han realizado este tipo de invitaciones. Activamos fuentes humanas para que podamos tener en tiempo real este tipo de informaciones y poder de manera contundente atacar este tipo de actividades ilícitas, que finalmente llevan a comportamientos contrarios a convivencia", dijo el secretario de Gobierno.
Leyva señaló que la rumba electrónica del pasado puente festivo en la cabaña Villa Olvega fue organizada de forma “clandestina”, pues a pesar de que la convocatoria estaba en redes sociales, su ubicación sólo era conocida por un selecto grupo de personas.
Es así como una tercera medida tomada por las autoridades tiene que ver con la instalación de tres puestos de control en Puerto Colombia durante los fines de semana, pues se ha podido establecer que los organizadores de este tipo de eventos están buscando predios rurales para llevarlos a cabo de forma más discreta, sin el control de las autoridades locales.