Enterrada en una fosa, a más de un metro de profundidad, en la finca las Palmitas, en el municipio de Manatí, fue encontrado el cuerpo de Wilmary Carolina Guerra Montilla, la mujer que había sido reportada como desaparecida el 18 de septiembre del 2023 y cuyos restos solo fueron encontrados el pasado jueves 22 de mayo, es decir, un año y ocho meses después con ayuda de la Fiscalía.
El principal sospechoso de este crimen es Franklin Trillos Yance, expareja de la joven, quien es buscado por las autoridades, pues fue la persona con la que Wilmary llegó a la lejana finca, que era istrada por un hermano del hoy prófugo de la justicia.
Y es que justamente el hermano de Franklin, quien fue capturado hace una semana en el municipio de Malambo por presuntamente ser cómplice en los delitos de desaparición forzada y hurto, fue quien entregó a la Fiscalía las coordenadas exactas del sitio donde estaba enterrada la mujer que, para el momento de su asesinato, tenía 32 años.
“El hermano de Franklin entregó dos versiones a la Fiscalía. Que Wilmary llegó con Franklin a la finca, pero él se había tenido que ir a Manatí y los dejó solo y que al regresar al otro día ya no estaban. La Fiscalía no creyó en esta versión y siguieron presionándolo hasta que confesó que su hermano sí le había reconocido lo que había hecho, incluso dice que le había hecho un mapa”, dijo a Blu Radio Wilmer Guerra, padre de la víctima.
Las coordenadas fueron tan precisas que después de cavar más de un metro de profundidad encontraron el cuerpo de Wilmary.
Los testigos silenciosos
Un video grabado por la propia Wilmary Guerra y que fue enviado a algunas amigas cercanas, en donde muestra que está en una finca donde enfatiza que iba a durar dos días y que luego regresaría a la ciudad, fue la última imagen que se conoció de ella en vida.
A partir de este video Wilmer Guerra recorrió toda la zona urbana de Manatí hasta dar con la finca en la que su hija había grabado las imágenes. Esta evidencia la entregó a la Fiscalía, que de forma paralela realizaba una análisis del rastreo del teléfono de la mujer.
Finalmente, las pruebas técnicas lograron corroborar lo que ya se conocía, que Wilmary había estado en el sitio junto a su expareja, Franklin Trillos.