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En la tarde del festivo del 7 de agosto se reportó el asesinato de Juan Sebastián Aguilar, conocido como Pedro Aguilar o Pedro Pechuga, en su propio apartamento en el norte de Bogotá.
Aguilar, quien manejaba las empresas encargadas de la seguridad de las minas de esmeraldas en el occidente de Boyacá, murió en el Hospital Los Cobos tras recibir un impacto de arma de fuego, aparentemente disparado por un francotirador.
Llama la atención que el asesinato se dio en un exclusivo conjunto ubicado en los cerros orientales llamado Bosques del Márquez.
Se trata de apartamentos rodeados de los bosques de los cerros orientales y que cuentan con una alta seguridad.
La Policía Metropolitana de Bogotá informó que recibió un disparo que fue determinante para acabar con su vida.
Un componente destacado de inteligencia e investigación criminal adelanta las verificaciones, entrevistas y recolección de elementos probatorios para dar con la captura de los responsables de este hecho.
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Aguilar era socio de la empresa Esmeraldas Santa Rosa y tenía una larga trayectoria en la industria esmeraldera. Tras la muerte de Víctor Carranza en 2013, Hernando Sánchez fue considerado el nuevo zar de las esmeraldas, y Aguilar se ganó el respeto desde que formaba parte del esquema de seguridad del extinto Carranza, uno de los hombres más protegidos del país en los años 90.
En los últimos años, Aguilar estuvo en la mira de Otoniel, el extraditado jefe del Clan del Golfo, debido a su posición e influencia en la industria de las esmeraldas.
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