Panamá comenzó la deportación de colombianos que tienen antecedentes penales e ingresaron al país, luego de cruzar el Tapón del Darién. El primer vuelo partió del aeropuerto de Albrook rumbo al aeropuerto José María Cordóva, en Rionegro, Antioquia, con 29 personas.
Aunque tenían el sueño americano, no fue una realidad, debido a que el Gobierno de Panamá, para hacer control de quienes cruzan la frontera con Colombia, decidió iniciar los vuelos de repatriación con recursos de los Estados Unidos.
Además de los alambres de púas instalados en varios sectores de la frontera en la inhóspita selva del Darién, inició controles con tecnología de biométricos, donde se identificó que varios ciudadanos tenían antecedentes criminales.
El viceministro panameño de Seguridad, Luis Felipe Icaza, acompañado por funcionarios estadounidenses, luego de que despegara al amanecer el vuelo chárter, un avión Fokker 50, desde el aeropuerto de la capital panameña con los 29 colombianos que no portaban equipaje, iban esposados de pies y manos, por lo que subieron lentamente la escalerilla del avión rumbo a Bogotá.
“Cumpliendo con ese acuerdo, hoy, tenemos el primer vuelo del convenio patrocinado por la Embajada de Estados Unidos, nosotros hemos tenido otros vuelos financieros por el Gobierno de Panamá esperamos tener regularizar a medida que vayamos haciendo la tramitología de los migrantes”, dijo el alto funcionario.
El viceministro Icaza reveló, además, que dentro de los deportados hay un miembro del Clan del Golfo: “Uno de muy alto perfil el clan del Golfo y nosotros estamos cumpliendo con la seguridad nacional”, señaló.
El Gobierno de Panamá, reveló que además que el próximo fin de semana puede partir el siguiente vuelo en el marco del memorándum que Panamá suscribió con Estados Unidos desde el 1 de julio, el día que José Raúl Mulino asumió como nuevo presidente.
Hay que recordar que en una primera fase, serán deportados migrantes con antecedentes, pero el convenio contempla la deportación de cualquier persona que ingrese a Panamá por la selva del Darién, en su marcha hacia Estados Unidos.
Según datos de Panamá, la selva del Darién, de 266 kilómetros y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en los últimos años en un corredor ilegal para los migrantes, por el que han transitaron más de 520.000 personas, en su mayoría venezolanos, durante 2023, mientras que este año han hecho la travesía más de 230.000 migrantes, según cifras oficiales panameñas.
En medio de una rueda de prensa también se conoció que por ahora no es posible enviar deportados a Venezuela, país del que proceden dos tercios de los migrantes que cruzan el Darién, debido a la crisis diplomática entre Panamá y Caracas a raíz de la cuestionada reelección del presidente Nicolás Maduro y que ha sido criticada por el presidente José Raúl Mulino.
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