Con profunda emoción y expectativa, la Arquidiócesis de Medellín recibió el anuncio del nuevo papa, Robert Prevost (León XIV) sucesor número 267 de San Pedro.
El padre Óscar Álvarez, vicario general de la arquidiócesis, expresó que se trata de “un momento de mucha alegría” y subrayó la elección del nuevo pontífice, sorpresiva para muchos, revela una vez más la acción inesperada del Espíritu Santo.
El nuevo pontífice, un obispo norteamericano con una trayectoria destacada en la Santa Sede y con cercanía a la Iglesia latinoamericana, representa para la Iglesia universal una figura de unidad y diálogo, detalló el padre Álvarez, agregando que su experiencia pastoral, combinada con su trabajo en organismos centrales del Vaticano, le confiere una “cosmovisión muy distinta” que será clave en su pontificado.
Las primeras palabras del nuevo Santo Padre, centradas en Cristo resucitado, el llamado a tender puentes y la urgencia del diálogo, marcaron un inicio esperanzador, según detalló el vicario.
“Me parece que es un hombre sabio y moderado”, comentó el padre Álvarez, quien destacó también su prudencia y serenidad, cualidades que muchos ya reconocen en Roma.
La elección de un Papa fuera de los pronósticos mediáticos también reafirma el misterio y profundidad del proceso guiado por el Espíritu Santo, . “El que entra como Papa sale como cardenal”, recordó el vicario, aludiendo al refrán romano sobre las sorpresas del cónclave. El nuevo pontífice, de la Orden de San Agustín, evocó al santo en su primer mensaje, con una frase que resonó con humildad: “Para ustedes soy obispo, pero con ustedes soy cristiano”.
Frente a las preguntas sobre la posible vuelta a posturas más tradicionales, el padre Álvarez instó a confiar en el camino que el Espíritu traza para la Iglesia:
“Cada Papa ha sido importante en su momento. Este es un tiempo de esperanza y unidad”, afirmó, remarcando que el mayor desafío del nuevo Papa será preservar la comunión en un mundo fragmentado.