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El ministro de Transporte, William Camargo, anunció este lunes que el Gobierno invertirá medio billón de pesos en la vía Quibdó – Medellín, en respuesta a la tragedia ocurrida el pasado fin de semana, cuando un derrumbe dejó al menos 36 muertos.
Camargo indicó que los recursos se destinarán a la terminación de los 12 kilómetros de vía que aún se encuentran sin pavimentar, así como a la estabilización de los taludes en los tramos críticos. Además, se implementará un sistema de instrumentación para monitorear en tiempo real la condición de los taludes y anticiparse a posibles deslizamientos.
El ministro aseguró que la inversión se hará de manera expedita, a través de la declaratoria de desastre natural.
“La idea es terminar el corredor completo. Todavía tenemos algunos tramos en afirmado y reforzar en aquellas zonas donde evidenciamos riesgos de deslizamientos, el tipo de tratamiento que se hace a los taludes y, obviamente, en los tramos que se están interviniendo. Cerrar también esas zonas de riesgo y algunos puntos críticos que ya se han identificado y que hacen parte, por un lado, de algunos alcances del contrato actual y que, obviamente, con los contratos nuevos se deberán cubrir”, indicó Camargo.
El ministro también se refirió a las críticas por el aumento de los precios de los tiquetes aéreos a Chocó luego de la tragedia. Camargo aseguró que la Aeronáutica Civil está investigando el caso y que, de encontrar irregularidades, se impondrán sanciones.
“Ahí hay unas competencias en cabeza Aerocivil. Desde el día que se activó la emergencia, lo primero que se hizo fue habilitar un puente aéreo, activar mecanismos de autocontrol tarifario y sobre eso, si hay excesos o vulneración de los techos establecidos, pues es una actividad de investigación que establecerá la Aeronáutica Civil”, señaló Camargo.
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El ministro también confirmó que mañana, 16 de enero, entrará en vigencia un aumento de los peajes en Colombia. El incremento será del 7,67%, en línea con la inflación del año pasado.
El sistema de monitoreo estará compuesto por sensores que medirán la humedad, la temperatura y la inclinación de los taludes. Los datos obtenidos por los sensores serán transmitidos en tiempo real a un centro de control, donde serán analizados por expertos.
El objetivo de este sistema es detectar cualquier cambio en las condiciones de los taludes que pueda indicar un posible deslizamiento
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